Cada
segundo más de 200 kilos
de basura van a los océanos
CIUDAD
DE MÉXICO.— Los plásticos que terminan en los océanos son una amenaza global.
Cada año ocho millones de toneladas de estos materiales terminan en mares y
océanos, incorporándose a las cinco islas de basura identificadas en los océanos
Pacífico, Atlántico e Índico.
Dicha
basura plástica ocasiona impactos en la salud de los ecosistemas marinos, la
ecología y la economía en general, señala Alfonso Vázquez Botello, investigador
del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, quien cuenta con
datos relevantes sobre los desechos plásticos que llegan al mar, debido en gran
parte por una mala gestión de los residuos a nivel mundial.
El
doctor en química marina añade que, según organizaciones internacionales como
las Naciones Unidas, de cuyos comités sobre el tema forma parte, la producción
mundial de plásticos creció 3% en 2012, por lo que en la actualidad se producen
200 millones de toneladas, siendo China, la Unión Europea y Estados Unidos los
principales países productores. Aunque América Latina produce 5% del plástico
mundial, el problema es que importa mucho más a través de productos de uso
cotidiano.
“Como
no sabemos qué hacer con los plásticos, hacemos una mala gestión y ocho
millones de toneladas de plásticos acaban en los océanos cada año. Su
fragmentación produce partículas muy pequeñas (microplásticos), que son
ingeridas por los animales marinos y les provocan problemas fisiológicos
graves”, explica el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, quien
agrega que esta situación es un riesgo para la propia especie y para otras que
integran la red trófica.
El
vaivén de las corrientes oceánicas no permite que esas manchas de basura se
muevan, pero sí desplazan los desechos desde las costas, atrayendo cada vez más
basura a estas grandes acumulaciones. Se estima que existen entre 5 y 50
billones de fragmentos plásticos en mares y océanos, los cuales van
acumulándose en estas cinco islas de desechos localizadas en: dos en el
Pacífico Norte, cerca de Alaska; una en el Pacífico Sur, entre Perú y Chile;
dos en el Atlántico, al norte y al sur; y una más en el océano Índico. La isla
de basura más grande está en el Pacífico Norte y su extensión se calcula de un
tamaño similar al de Australia, con un grosor de 10 metros.
Según
cálculos, más de 200 kilos de basura va a los océanos cada segundo. Algunos
plásticos tardan hasta 500 años en degradarse y contienen sustancias tóxicas
como el Bisfenol A. Esta sustancia es altamente estable desde el punto de vista
químico, por lo que difícilmente se degrada en el ambiente. Además, produce
efectos nocivos para los organismos marinos y la humanidad debido a que altera
los sistemas nervioso y reproductivo, modificando significativamente al
conjunto de cadenas alimentarias interconectadas.
El
Bisfenol A se utiliza en las industrias automotriz y aeronáutica, alumbrado
público, sistemas eléctricos y de telecomunicaciones, en equipos fotográficos y
fabricación de prótesis y resinas dentales.
Políticos
y científicos de varios países se reunieron este año y expusieron un plan de
acción para que mundialmente se actúe contra la contaminación de plásticos. “Lo
más difícil no es exponer el plan de acción, sino que cada nación lo adopte
porque eso implica que ejerzan acciones inmediatas. Una vez que el país se
compromete y lo firma, hay que implementar acciones”, subraya el investigador.
En
México no existe una política de Estado relacionada con la producción y gestión
de plásticos. “En nuestro país -- sostiene el especialista-- todavía tenemos
tiempo para trabajar en ese sentido y proponer un programa nacional de
plásticos y basura marina, e investigar; eso debemos hacer, implementarlo,
empujar desde todas las instituciones con pláticas de este tipo para formar
conciencia y después entrar en acción”.
Por
fortuna, México tiene dos costas extensas. En el Golfo de México, reconocida
por procesos industriales petroleros que hacen vulnerable al océano, y en el
Pacífico, que también tiene puntos críticos, en especial para el sector
turístico, cuyos usuarios buscan playas limpias y lugares seguros.
Vázquez
Botello destaca que hay iniciativas europeas de billones de euros para
establecer un programa que remueva hacia 2022 las cinco islas de basura, pero
la gran pregunta es qué harán con los plásticos al retirarlos, si tan solo una
isla de desechos es del tamaño del territorio australiano, el sexto más grande
del mundo. (Academia Mexicana de Ciencias).
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