¿Quién
es Julio César Lara Martínez?
La
elección estatal en el PRD el domingo pasado fue “a gritos y sombrerazos”. En
esas palabras se resume el historial de la lucha por el poder que han
sostenido las “tribus”, que ven al sol azteca como un jugoso botín, y en esta
ocasión no dudaron en escenificar otra vez las viejas prácticas de salvajismo político,
como la compra de votos y el intercambio de posiciones en el Ayuntamiento de Benito Juárez.
De
esta forma Julio César Lara
Martínez,
el “delfín” de Julián Ricalde Magaña,
fue ungido como presidente estatal del partido, pero a pesar de ello el alcalde
cancunense sufrió un duro revés, pues no pudo imponer a Roger Peraza en la
Secretaría General, posición que conquistó Rafael
Esquivel Lemus, cercano a Gregorio
Sánchez Martínez, por lo que no podrá controlar totalmente al PRD, como
pretendía.
¿Quién
es Julio César Lara Martínez? Es originario de Los Mochis, Sinaloa, es un
viejo militante de la izquierda, uno de los fundadores del PRD en el estado, cuando este partido prácticamente
estaba formado por Tomás Contreras
Castillo y Lázaro Blanco, de Felipe Carrillo Puerto, y un pequeño puñado de
militantes.
Pero
Lara Martínez ha sabido ser camaleónico, ajustarse a los tiempos políticos para
desde la izquierda hacer alianzas y, sobre todo, negocios, sin importar el
color del partido.
El
ahora dirigente por segunda vez del PRD estudió una maestría en París que lo especializó en encarpetamiento, la cual
aprovechó para trabajar en sociedad en una empresa constructora con Javier Díaz Carvajal, con la que hizo
negocio en la pavimentación de las calles de Cancún en los años 80.
Fue
precisamente durante su primera presidencia de partido, en los años 90, cuando
se dieron las primeras alianzas con el
PAN para impulsar la candidatura común de Eduardo
Pacho Sánchez en las elecciones municipales de 1993. En 1996 fue candidato a la presidencia municipal de Benito Juárez y ese mismo año le
dio entrada a Gastón Alegre Sánchez
y Elba Capuchino al PRD, quienes a
la postre se convertirían en candidatos a la gubernatura y a la presidencia
municipal de Benito Juárez, respectivamente. Estas experiencias lo han
convertido en un especialista en alianzas con la derecha, de ahí que Julián lo
haya catapultado nuevamente a la dirigencia estatal, con el fin de hacer un
“amarre” con Acción Nacional para las próximas elecciones locales.
Luego
de un oscuro periodo en el que Lara Martínez se fue a Los Mochis, donde
incursionó con muy mala fortuna en un negocio familiar de restaurantes, se dio
cuenta que lo suyo efectivamente eran los negocios, pero en la política y en la
administración pública, por lo que regresó a Cancún y de la mano de Gregorio
Sánchez Martínez dio rienda suelta a esta vocación. Como titular de Obras Públicas repartió licencias al
mejor postor, siendo célebre haberse saltado toda norma urbanística para
permitir que la familia Ferrat pudiera construir un edificio en la calle
Cenzontle de la zona hotelera. Luego pasó a Fiscalización,
desde donde continuó con este tipo de prácticas, pues era el encargado de recaudar los cobros
(mordidas) a los giros negros en Benito Juárez.
Y
a la caída de Sánchez Martínez buscó cobijo con Julián Ricalde, del que se
convirtió en su incondicional testaferro para regresar a su otra especialidad:
las alianzas con la derecha, para lo que fue impuesto en la dirigencia del PRD
por Ricalde Magaña y María Eugenia Córdova.
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