El
proceso adelantado
Roberto Borge en las "Brigadas del Bienestar". |
Eduardo Lara Peniche
Desde
hace varios meses, en Quintana Roo el proceso
electoral 2013 inició con fuerza. El PRI, consciente de que el pueblo no le
dio su preferencia en la elección presidencial de 2012, apoyado por el gobernador
Roberto Borge Angulo, realiza su
campaña gubernamental “Brigadas de
Bienestar Social”, en la que la principal actividad es la denominada “Basura por Alimentos”, así como el
mantenimiento de calles, avenidas y parques públicos, promocionada en todos los
medios masivos y aplaudida por un séquito
de comunicadores lambiscones que
sin mayor empacho demuestran el peso del dinero sobre las plumas periodísticas.
Como
parte de la estrategia mediática, el PRI-Gobierno ha emprendido una campaña de
desprestigio contra todo aquel que se mueva y que pudiera significar una
mayor caída del tricolor en el proceso electoral 2013, a grado tal que las
consecuencias de tal acción no han sido valoradas por los integrantes del
partido en el gobierno.
Denuncias
de corrupción, que la mayor parte del pueblo sabe y se calla, han marcado a
personajes incómodos para los más influyentes en el partido, el caso más
difundido, el de Edith
Mendoza Pino, ex alcaldesa de Tulum,
de extracción priistas, impuesta mediante convenio interno en el que Carlos Joaquín González logró colar a
su recomendada, ha generado mucha materia de análisis político, no porque la
señora sufra un proceso injusto, sino por la rapidez con que el gobierno del
estado actuó en el caso, situación totalmente opuesta al de Carlos
Mario Villanueva Tenorio, alcalde de
Othón P. Blanco, quien, con proporciones guardadas, también ha saqueado las
arcas gubernamentales, sin que hasta la fecha se mencione alguna acción
gubernamental parecida a la aplicada a la acapulqueña Mendoza Pino, situación
de todos conocida que permite que hasta el menos interesado en política
entienda la razón de no aplicar la misma ley al junior.
En
el principal bastión opositor, Benito Juárez, las huestes priistas no han
descansado, ni descansarán en su estrategia de desprestigio contra el alcalde Julián Ricalde Magaña, quien aunque no
las tiene todas consigo y sabemos bien que tampoco es una blanca paloma, el
tipo ha sabido hacer política, realizando obras que el pueblo reconoce, obras
que los dirigentes priistas en múltiples ocasiones han denostado, al grado de
denunciar severas anomalías que hasta la fecha no han podido comprobar
fehacientemente.
Paul Carrillo promoviendo "Basura por Alimentos". |
Una
muestra contundente de la desesperación priista por recuperar las arcas de
Benito Juárez, es el hecho de que Paul
Carrillo haya solicitado licencia a su cargo como diputado local para
dedicarse de tiempo completo a la dirección del PRI municipal y realizar
acciones que rayan en lo ridículo, criticando la gestión de su acérrimo
contrincante, Ricalde Magaña, como aquella a la que dedicó varios días en los
medios para, según él, evidenciar la falta de capacidad del gobierno municipal
para cobrar el impuesto predial, denuncia que en medios de desinformación
oficial y comunicadores pagados exprofeso dieron rienda suelta a todo tipo de
descalificaciones, que hasta el momento no se puede determinar la efectividad
del golpeteo político de un PRI oscuro, amañado y tramposo, que no encuentra
otro camino para volver a engañar el pueblo que el de repartir despensas y comprar
conciencias.
A
pesar de todas las acciones que el PRI ha emprendido en contra de su mayor
opositor en el estado, en la realidad los hechos demuestran que la estrategia
electoral de este partido político para recuperar Benito Juárez y ganar el “carro
completo”, será la misma de siempre: derrochar millones de pesos en la compra
de votos, mediante el reparto
de despensas, centavear el trabajo arduo de sus simpatizantes para que
logren engañar al pueblo con migajas y repetir la historia de siempre, manipular
el proceso electoral desde el IEQROO,
situación por demás preocupante porque el horno no está para bollos, puesto que
hay una fuerza electoral que ha sido reprimida y está siendo despreciada en su
verdadera magnitud, que no es otra que la fuerza electoral de los jóvenes que
han abierto los ojos en busca de un futuro de bienestar real y que no han
dejado de luchar por lograr cristalizar sus sueños de un México mejor, a pesar
de los esfuerzos del gobierno por acallar su voz.
ES
CUANTO.
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