viernes, 2 de noviembre de 2018


Cancún vive con intensidad el Día de Muertos

Texto y fotos: Konaté Hernández y Víctor Galván

Cancún vivió dos noches de colorido y tradiciones, de música mexicana, donde olores y sabores representativos de distintas regiones del país se unieron para dar vida a la celebración del Día de Muertos en el Parque de Las Palapas.
Mujeres paseaban orgullosas mostrando trajes típicos de Oaxaca, de Yucatán; otras caracterizadas de catrinas, el célebre personaje creado por José Guadalupe Posada; también había catrines con traje y sombrero de copa. Algunos niños no perdieron la oportunidad de disfrazarse una noche más de vampiros, de brujas y otros personajes que suelen usarse en Halloween; el malévolo payaso de la película “Eso” también recorría el parque en compañía de sus padres.

Fue una noche de fusión y convivencia. Lo mismo cancunenses que turistas extranjeros, particularmente jóvenes europeos que no perdieron la oportunidad de capturar con sus cámaras fotográficas detalles de esta singular celebración que llama tanto la atención a nivel mundial.
Para el paladar y honrar a los difuntos había tacos, tamales, pan de muerto, dulces típicos; corundas, una especie de tamal oriundo de Michoacán; tlayudas de Oaxaca; café, chocolate. Olores y sabores entremezclados con el colorido de los altares dispuestos en semicírculo alrededor del parque, engalanados con llamativos adornos de papel de china, con el naranja intenso de la flor de cempasúchil, ofrendas, calaveritas, frutas, lo que más le gustaba saborear al difunto.
Había también “curanderos” para el que quisiera una “limpia” para quitarse la mala suerte o la “mala vibra”, o ahuyentar los malos espíritus.
El Festival Cena de Ánimas 2018 vivió su octava edición en el parque de Las Palapas, que inició el jueves en la tarde con el tradicional Desfile de Catrinas, en el que participaron autoridades y ciudadanía en general, ataviados en vestuarios fúnebres, maquillados de blanco y negro, engalanando el recorrido desde la explanada del Palacio Municipal sobre la avenida Tulum y de regreso al Parque de las Palapas.
La procesión fue encabezada por músicos que integraron la charanga jaranera y sus acordes fueron acompañados por bailes de zanqueros, que fueron aplaudidos por turistas y cancunenses.
El Día de Muertos en México, declarado por la UNESCO patrimonio inmaterial de la humanidad en el año 2003, es una festividad rica en tradiciones, folclore, cultura, que se celebra en nuestro país desde tiempos prehispánicos para recordar a quienes nos precedieron en el umbral de lo eterno. Esta tradición se entremezcla con la tradicional festividad que celebra la Iglesia Católica como el Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos, que se lleva a cabo desde las grandes ciudades hasta en las comunidades rurales más apartadas del país; con burla, ironía, temor y un gran respeto por la muerte durante los días 1 y 2 de noviembre, aunque dependiendo de la región puede durar varios días.
Cientos de ciudadanos se dieron cita en Las Palapas para disfrutar y degustar de una deliciosa cena, procedentes de cada rincón del país. Así, podían verse puestos de Janitzio, Michoacán; de comunidades del estado de Oaxaca donde preparaban la deliciosa tlayuda o clayuda, una enorme tortilla de maíz de 30 centímetros de diámetro o más, dorada sobre comal, lo que le brinda mayor dureza, con una resistencia pero que es quebradiza y correosa, y debido a su espesor y cocimiento garantizan su conservación en buen estado por un buen tiempo. De la Península de Yucatán se pudo apreciar el tradicional mukbilpollo, la “comida de las ánimas” o Hanal Pixán.
No faltaron las flores de cempasúchil para decorar los altares de muertos, con la formación de una cruz y con la utilización de veladoras que simbolizan la luz de Cristo. Finalmente el pan de muerto, que luce una pequeña esfera en el centro de la parte superior, que representa un cráneo, y cuatro brazos de huesos llamadas “canillas” que representan los huesos, que a su vez simbolizan los cuatro rumbos del nahuolli o universo.
Los asistentes disfrutaron del elenco artístico que se presentó en el escenario, cantantes locales y nacionales acompañados por mariachis, como la joven Cinthia Marcela, oriunda de Chihuahua, exponente de la música vernácula. El mariachi portaba un elegante traje especial en color negro en el que resaltaba dibujado un esqueleto en color blanco, muy ad-hoc con la celebración, con maquillaje de catrines en el rostro, al igual que el ballet folclórico.
Para cerrar con broche de oro, al final del evento el director de Cultura y las Artes del municipio de Benito Juárez, Hugo Álvarez, entregó diplomas de reconocimiento a los participantes. De esta forma los cancunenases disfrutaron de nuestra diversidad cultural, herencia y mezcla de tradiciones de los pueblos prehispánicos y de las enseñanzas de los primeros misioneros que evangelizaron estas tierras, lo que conforma un sincretismo único que le da identidad a la cultura mexicana.

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