Cancún vive con intensidad el Día de Muertos
Cancún vivió dos noches de colorido y tradiciones, de música mexicana, donde olores
y sabores representativos de distintas regiones del país se unieron para dar
vida a la celebración del Día de Muertos en el Parque de Las Palapas.
Mujeres
paseaban orgullosas mostrando trajes típicos de Oaxaca, de Yucatán; otras caracterizadas
de catrinas, el célebre personaje creado por José Guadalupe Posada; también
había catrines con traje y sombrero de copa. Algunos niños no perdieron la
oportunidad de disfrazarse una noche más de vampiros, de brujas y otros
personajes que suelen usarse en Halloween; el malévolo payaso de la película “Eso” también
recorría el parque en compañía de sus padres.
Fue
una noche de fusión y convivencia. Lo mismo cancunenses que turistas
extranjeros, particularmente jóvenes europeos que no perdieron la oportunidad
de capturar con sus cámaras fotográficas detalles de esta singular celebración
que llama tanto la atención a nivel mundial.
Para
el paladar y honrar a los difuntos había tacos, tamales, pan de muerto, dulces
típicos; corundas, una especie de tamal oriundo de Michoacán; tlayudas de
Oaxaca; café, chocolate. Olores y sabores entremezclados con el colorido de los
altares dispuestos en semicírculo alrededor del parque, engalanados con
llamativos adornos de papel de china, con el naranja intenso de la flor de cempasúchil,
ofrendas, calaveritas, frutas, lo que más le gustaba saborear al difunto.
Había
también “curanderos” para el que quisiera una “limpia” para quitarse la mala
suerte o la “mala vibra”, o ahuyentar los malos espíritus.
El
Festival Cena de Ánimas 2018 vivió su octava edición en el parque de Las
Palapas, que inició el jueves en la tarde con el tradicional Desfile de
Catrinas, en el que participaron autoridades y ciudadanía en general, ataviados
en vestuarios fúnebres, maquillados de blanco y negro, engalanando el recorrido
desde la explanada del Palacio Municipal sobre la avenida Tulum y de regreso al
Parque de las Palapas.
La
procesión fue encabezada por músicos que integraron la charanga jaranera y sus
acordes fueron acompañados por bailes de zanqueros, que fueron aplaudidos por
turistas y cancunenses.
El
Día de Muertos en México, declarado por la UNESCO patrimonio inmaterial de la
humanidad en el año 2003, es una festividad rica en tradiciones, folclore,
cultura, que se celebra en nuestro país desde tiempos prehispánicos para recordar
a quienes nos precedieron en el umbral de lo eterno. Esta tradición se
entremezcla con la tradicional festividad que celebra la Iglesia Católica como
el Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos, que se lleva a cabo desde las
grandes ciudades hasta en las comunidades rurales más apartadas del país; con
burla, ironía, temor y un gran respeto por la muerte durante los días 1 y 2 de
noviembre, aunque dependiendo de la región puede durar varios días.
Cientos
de ciudadanos se dieron cita en Las Palapas para disfrutar y degustar de una
deliciosa cena, procedentes de cada rincón del país. Así, podían verse puestos
de Janitzio, Michoacán; de comunidades del estado de Oaxaca donde preparaban la
deliciosa tlayuda o clayuda, una enorme tortilla de maíz de 30 centímetros de
diámetro o más, dorada sobre comal, lo que le brinda mayor dureza, con una
resistencia pero que es quebradiza y correosa, y debido a su espesor y
cocimiento garantizan su conservación en buen estado por un buen tiempo. De la
Península de Yucatán se pudo apreciar el tradicional mukbilpollo, la “comida de
las ánimas” o Hanal Pixán.
No
faltaron las flores de cempasúchil para decorar los altares de muertos, con la
formación de una cruz y con la utilización de veladoras que simbolizan la luz
de Cristo. Finalmente el pan de muerto, que luce una pequeña esfera en el
centro de la parte superior, que representa un cráneo, y cuatro brazos de
huesos llamadas “canillas” que representan los huesos, que a su vez simbolizan
los cuatro rumbos del nahuolli o universo.
Los
asistentes disfrutaron del elenco artístico que se presentó en el escenario, cantantes
locales y nacionales acompañados por mariachis, como la joven Cinthia Marcela,
oriunda de Chihuahua, exponente de la música vernácula. El mariachi portaba un elegante
traje especial en color negro en el que resaltaba dibujado un esqueleto en
color blanco, muy ad-hoc con la celebración, con maquillaje de catrines en el
rostro, al igual que el ballet folclórico.
Para
cerrar con broche de oro, al final del evento el director de Cultura y las
Artes del municipio de Benito Juárez, Hugo Álvarez, entregó diplomas de
reconocimiento a los participantes. De esta forma los cancunenases disfrutaron
de nuestra diversidad cultural, herencia y mezcla de tradiciones de los pueblos
prehispánicos y de las enseñanzas de los primeros misioneros que evangelizaron
estas tierras, lo que conforma un sincretismo único que le da identidad a la
cultura mexicana.
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