La
carta con que Galileo intentó
salvarse de la Inquisición
El
texto, descubierto por un estudiante, muestra tachaduras y distintas versiones
de opiniones, con que Galileo intentaba matizar sus teorías para salvarse de la
condena católica. Galileo matizó sus opiniones intentando salvarse de la
condena de la Inquisición.
Siglos
después de que Galileo Galilei perdiera la vida por revolucionar la idea que se
tenía del mundo ha emergido un nuevo detalle sobre la lucha del científico por
salvarse de la condena que le impusiera la Santa Inquisición, según informa la
revista científica Nature.
El
afortunado fue Salvatore Ricciardo, un estudiante de posgrado de la Universidad
de Bérgamo, que ha encontrado en un archivo mal datado de la Royal Society una
carta del científico a un amigo en la que trataba de matizar las ideas
expuestas en otro documento por las que finalmente le condenarían.
Hay
varias copias de la carta y existen dos versiones diferentes, la que fue
enviada a la Inquisición en Roma y otra con un lenguaje más matizado. Existen
también múltiples copias en distintos depósitos.
Como
la original se perdió, no se sabía si eran los acusadores los que habían
manipulado la carta para fortalecer sus argumentos en favor de una condena por
herejía —como se quejaba el astrónomo ante sus amigos— o si Galileo escribió la
versión más potente y después decidió suavizarla, como ahora se demuestra,
según explica el diario español El País. La carta recién descubierta contiene
tachaduras y correcciones que intentaban matizar las ideas revolucionarias de
Galileo.
Siete
páginas, fechadas el 21 de diciembre de 1613 y firmada G.G. parecen resolver
este misterio.
Está
enviada a su amigo Benedetto Castelli y en ella asegura que como en la Biblia
hay pocas referencias a la astronomía, estas no deben ser tomadas al pie de la
letra porque, además, estaban simplificadas para que la gente las entendiera.
Y
lo que es más importante: Galileo asegura que la teoría heliocéntrica formulada
por Copérnico 70 años antes no era incompatible con la Biblia.
Castelli
devuelve al astrónomo la carta con la que se inició la persecución en 1613. La
que se conserva en los archivos vaticanos es la que el clérigo dominico Niccòlo
Lorini envió en 1615 a la Inquisición, la que sería fatal para el destino de
Galileo, la que este intentó matizar.
En
efecto, Galileo envió la versión suavizada a su amigo Piero Dini, clérigo en
Roma, y le urgió a que se la mandase al Vaticano asegurando que la otra había
sido manipulada y quejándose de la «malicia y la ignorancia» de sus amigos. Esa
es la versión que se ha encontrado ahora.
El
22 de junio de 1633, el físico y astrónomo, de 69 años, fue obligado a abjurar
de rodillas de su doctrina ante la comisión de inquisidores. Ni siquiera llegó
a decir eppur si muove (y sin embargo, se mueve).
Tras
esa abjuración, se le conmutó la condena a prisión perpetua por el arresto
domiciliario de por vida. Moriría en 1642.
No hay comentarios:
Publicar un comentario