Expide
el INAH acuerdo para declarar
a Tihosuco monumento histórico
CHETUMAL.—
Con el respaldo del Instituto de la Cultura y las Artes de Quintana Roo, que
dirige Jacqueline Estrada Peña, el director general del Instituto Nacional de
Antropología e Historia Diego Prieto Hernández expidió un acuerdo para declarar
al pueblo de Tihosuco, municipio de Felipe Carrillo Puerto, como monumento
histórico.
Previamente,
el Instituto Nacional de Antropología e Historia integró un expediente que
contiene antecedentes documentales que sirven para justificar el valor
histórico, la información técnica de los bienes que conformen la zona de
monumentos históricos a declarar, y un plano que contiene la poligonal de la
zona de Tihosuco a declarar.
En
esta iniciativa participan también el Honorable Congreso del Estado de Quintana
Roo – hay que recordar que tanto la maya pax (música y danza mayas) como la
comunidad de Tihosuco) fueron declarados patrimonio cultural de Quintana Roo–,
la Secretaría de Infraestructura y Transporte, y la Secretaría de Turismo de
Quintana Roo.
Este
perímetro abarca 331 kilómetros cuadrados y en él se incluyen el Museo de la
Guerra de Castas, la Plaza Principal, el Templo y la Iglesia del Santo Niño de
Jesús, el antiguo panteón, la Parroquia del Niño de Jesús, la biblioteca
pública, la Casa Cural, e inmuebles situados en diferentes calles y avenidas
históricas del pueblo maya de Tihosuco.
Tihosuco
(en lengua maya Jo’otsuuk, jo’o, “Cinco”) es un pueblo del estado mexicano de
Quintana Roo, localizada en el noroeste del territorio estatal en el municipio
de Felipe Carrillo Puerto, y una de las poblaciones más antiguas de Quintana
Roo, famosa por sus construcciones coloniales y porque fue uno de los lugares
de inicio de la Guerra de Castas.
Tihosuco,
con anterioridad a la llegada de los españoles, fue la capital del cacicazgo de
Cochuah, uno de los que formaban parte de las tierras dominadas por los mayas.
Fue conquistada en el año de 1544 por Francisco de Montejo y fue una de las
poblaciones que mayor dificultad ofreció para su sometimiento, primero militar
y luego duramente religioso.
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