Una
nueva escultura de José Martí en La Habana
LA
HABANA.— Muy temprano en la mañana del pasado viernes 20 de octubre, Día de la
Cultura Nacional, el historiador de la Ciudad de La Habana Eusebio Leal
Spengler se dirigió a un numeroso grupo de periodistas y curiosos que pasaban
por el parque 13 de Marzo, contiguo al antiguo Palacio Presidencial, hoy Museo
de la Revolución.
Lo
hizo ante una imponente y muy bella escultura ecuestre de José Martí que horas
antes había sido colocada sobre un enorme pedestal de granito negro en tan
histórico lugar aún en proceso de reanimación y embellecimiento.
Explicaba
el Dr. Leal que la inauguración oficial del remodelado parque y de la propia
estatua será el 28 de enero de 2018, natalicio 165 del apóstol de la
independencia y Héroe Nacional cubano, pero ofrecía además importantes datos
sobre la obra.
En
primer lugar hizo alusión al hecho de que el emplazamiento de la estatua, al
sur y detrás del monumento al Generalísimo Máximo Gómez Báez, a mitad de camino
entre este y el antiguo Palacio Presidencial, no debe interpretarse como una
supeditación de Martí, sino más bien como una confirmación de que el apóstol
siempre siguió las huellas y admiró al valeroso dominicano que entregó todas
sus energías a luchar por más de 30 años por la independencia de Cuba.
Leal
habló entonces de la hermosa historia que rodea la monumental obra que
representa la caída en combate del apóstol en Dos Ríos el 19 de mayo de 1895 y
cuyo original fue concebido en 1958 por la artista norteamericana Anna Hyatt
como muestra de espontánea y afectuosa devoción de la autora por la historia de
Cuba, que también hizo Los Portadores de la Antorcha, un conjunto monumental
ubicado en la Avenida 20 de Mayo y calle Ayestarán.
Dicho
original se encuentra ubicado desde 1965 en el Parque Central de New York y
desde hace 22 años la Oficina del Historiador de La Habana acariciaba la idea,
y realizaba gestiones, para conseguir en algún momento la ejecución de una
copia que pudiera ser expuesta en Cuba.
La
reproducción fue catalogada por el Historiador como fiel, exacta y única, en
sus 5,63 metros y más de 3 toneladas.
Estatuas y bustos de Martí hay por miles en Cuba y fuera de la isla,
pero la realizada por Anna Hyatt es la única ecuestre donde llevó al bronce la
escena recreada por el pintor cubano Esteban Valderrama de la caída en combate
del Apóstol.
Que
los habaneros y todos los cubanos puedan disfrutar de tal obra se debe a la
importante colaboración del Museo del Bronx en New York, cuya directora
falleciera recientemente, de cientos de cubanos radicados en los EEUU que cooperaron
para aunar recursos, y de una mexicana muy amiga de Cuba que aportó importante
suma con la única condición de no recibir reconocimiento público alguno por
ello.
Ya
los cubanos tienen un nuevo lugar Martiano donde depositar flores o rendir
respeto, porque como dijera el Dr. Leal “a pesar de las políticas erráticas de
quienes intentan destruir los puentes de comunicación entre ambas naciones, aún
existe el respeto a nuestras cultura e historia”.
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