¿Por
qué sentimos más el paso
del tiempo mientras envejecemos?
Cuando
se es niño, nos parece que el tiempo transcurre a menor velocidad, pero
mientras envejecemos ocurre lo contrario
El reloj
«Aunque
un año tiene siempre la misma duración, la relación entre lo que dura uno y el
tiempo que llevas vivido es cada vez más pequeña»
¿Qué
ocurre cuando entras a una habitación a oscuras y hay una vela encendida? Te
percatas enseguida de la llama prendida, ¿verdad? Y si esa estancia está
completamente iluminada, ¿cuánto puedes tardar en darte cuenta de que hay una
vela alumbrando?
Casi
con toda probabilidad mucho más que cuando apenas hay una fuente de luz.
Ocurre
lo mismo con el peso. Una persona puede distinguir perfectamente la diferencia
de una pesa de 100 gramos de una de 120 pero no tan fácilmente la de una de 200
gramos de una de 220. Son 20 gramos de diferencia en los dos casos, sí, pero
nuestra percepción se ve alterada por la Ley de Weber, según informa la BBC.
El
algoritmo
Fue
Ernest Heinrich Weber, un reconocido médico alemán de finales del siglo
XIX, quien desarrolló una importante
labor en los campos de la fisiología y la psicología, fue el primero en darse
cuenta de esto y traducir este fenómeno en una ecuación o algoritmo.
La
fórmula la mejoró un psicólogo coetáneo, también alemán, llamado Gustav Theodor
Fechner, así que la ley realmente podría llamarse Weber-Fechner pero es más
conocida por el nombre del primero.
Ambos médicos desarrollaron una ecuación para
explicar el fenómeno y que hoy se usa en marketing.
Dicha
fórmula consiste en que cuando se comparan dos estímulos pequeños, basta una diferencia
mínima para distinguirlos perfectamente. En tanto, si son grandes, las
diferencias entre uno y otro deben ser mayores para poder darnos cuenta.
Por
ello, en relación a las pesas, aunque se trate de 20 gramos de diferencia en
ambos casos, cuesta mucho menos distinguir la diferencia en las pesas de menor
tamaño. Sucede igual con la vela y la habitación iluminada, donde el estímulo y
la fuente de luz es mayor.
Mientras
más peso, más difícil resulta apreciar la diferencia entre masas, de acuerdo
con la Ley de Weber.
Ocurre
lo mismo con el tiempo, con el tamaño, con la altura de las cosas o con
prácticamente cualquier cosa.
Nuestra
percepción cambia y nos resulta más difícil hallar diferencias en masas o
unidades mayores.
Esta
ley también explica por qué el tiempo se acelera cuando nos hacemos mayores.
«Aunque
un año tiene siempre la misma duración, la relación entre lo que dura uno y el
tiempo que llevas vivido es cada vez más pequeña», explica la divulgadora
matemática Hannah Fry en un video en el canal de YouTube de Numberphile, un
canal científico especializado en el apasionante mundo de las matemáticas y los
números.
En
la medida que aumenta la cantidad y el tamaño, apreciamos menos las diferencias
de tiempo o de peso.
Eso
quiere decir que cada año que pasa añade perceptualmente menos al total de
nuestra vida que un año cuando somos niños de corta edad, de ahí que al
hacernos mayores tengamos la sensación de que el tiempo pasa más rápido.
Sucede
igual con el ejemplo de las condenas de prisión. «Un período de seis meses
entre rejas se siente mucho más que un plazo de tres. Pero una pena de 20 años
y tres meses no se percibe mucho más que otra de 20 años», según explica Fry.
Ley
de Weber en marketing
De
acuerdo con la ley de Weber, nos cuesta mucho más percibir los cambios de
grandes estímulos que de pequeños.
Según Numberphile, esta es una técnica que usan las
compañías en sus labores de marketing.
Por
ejemplo, aseguran que aumentar sustancialmente el precio de productos muy caros
como electrodomésticos o propiedades, es más difícil de detectar que si se sube
el precio de la leche, el pan o productos más baratos.
También,
dicen desde Numberphile, lo utilizan para reducir el tamaño de los productos
que siguen manteniendo el mismo precio. La disminución en el tamaño de una
tableta de chocolate, por ejemplo, debe hacerse muy sutil y gradualmente para
que el consumidor no la perciba.
En
conclusión, al aumentar la cantidad o el tamaño, cada vez apreciamos menos las
diferencias de tiempo o peso. (lamenteesmaravillosa.com).
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