Los
Mundiales de futbol como
industria de entretenimiento
CIUDAD
DE MÉXICO.— Hace un par de décadas estaba vedado en la academia el estudio de
fenómenos como el de la Copa del Mundo de Futbol (Mundial) pues la economía
política abarcaba la agenda de las ciencias sociales; además de que los
estudios relativos al cuerpo, el gozo o el entretenimiento estaban mal vistos.
Afortunadamente, la crítica se ha abierto, diversificado y pluralizado, destacó
José Samuel Martínez López, profesor-investigador del Departamento de
Comunicación de la Universidad Iberoamericana.
Desde
la ciencia se construye una visión del Mundial que tiene que ver con discursos
y con limitaciones propias del conocimiento. La ciencia tiene puntos ciegos que
el investigador no ve, y “si lo abordamos desde la academia tenemos que
despojarnos del sentido común, dejar de lado el sentimentalismo romántico del
aficionado apasionado y hablar de manera crítica, inevitablemente incómoda”,
señaló.
El
especialista en estudios sobre ocio, entretenimiento y recreación agregó que
hoy en día no existe un frente académico, una teoría, que abarque todo el
fenómeno del Mundial. Hay teorías del entretenimiento, del espectáculo, de la
mercadotecnia y del uso político que lo abordan, pero lo hacen de manera
aislada, siendo los estudios culturales los que más lo han examinado desde
perspectivas feministas, visuales, performativas, espaciales, narrativas,
estéticas y éticas.
El
giro comunicacional ha sido poco abordado, expuso el investigador, porque hay
huecos en el análisis del discurso de este deporte en distintos niveles: “Se
institucionalizó un discurso que fue construido por los medios de comunicación,
periodistas deportivos, marcas y publicidad, y ese discurso: es el de la
pasión, que se empezó a cimentar en los años 70, se agudizó en los 80, y que
con todo y cambios sociales, se repite y repite. Es un reto estudiarlo porque
no se han analizado sus géneros, formatos, historia ni semántica”.
Otro
reto, desde el punto de vista del académico, es estudiar el consumo de cada
grupo social, cada comunidad, cada segmento de la sociedad.
Más allá del
sentido común
En
el Primer Congreso Interuniversitario “Pensar el futbol desde el aula, la
cancha y la grada”, organizado por estudiantes de la Universidad Iberoamericana
y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional
Autónoma de México, la participación de Martínez López, la cual recoge este
comunicado de la Academia Mexicana de Ciencias, se caracterizó por proporcionar
los elementos básicos para su comprensión, empezando por desnaturalizarlo y
despojarlo del sentido común.
La
primera Copa de Mundo de Futbol se llevó a cabo del 13 al 30 de julio de 1930
en Uruguay. Aunque su base fue y sigue siendo el deporte, éste ha ido
evolucionando. La Federación International de Futbol Asociación (FIFA) ha
adquirido un gran poder, “es un organismo privado, transnacional. Es la
burocracia organizada que pone las reglas”.
El
Mundial es un gran producto comercial privado que se oferta mediante diversas
formas. Su principal función es entretener. Es transclasista y transnacional.
Está lleno de clichés y frases hechas, institucionalizadas, repetidas por años,
que están incorporadas a la sociedad como si fueran la realidad.
“Los
aficionados son, ante todo, consumidores que compran estampas, asisten al
torneo internacional oficial, compran más datos para poder ver los partidos
desde el teléfono celular, adquieren los recuerdos oficiales o pagan cable para
seguirlo. El aficionado ha sido construido, ha sido mediáticamente
alfabetizado”, dijo el coordinador del libro colectivo Futbol-espectáculo,
cultura y sociedad. Una revisión crítica al negocio mundial.
El
Mundial que se llevará a cabo en Rusia del 14 de junio al 15 de julio se
diferencia del primero en Uruguay porque es un mega evento —concepto que nace
en la década de 1950 y cuya característica principal es que para llevarse a
cabo la FIFA modifica el espacio urbano para sus fines—, a diferencia del
organizado en 1930 que fue un gran evento deportivo pero de menores
dimensiones.
Los
mega eventos se idearon después de la Segunda Guerra Mundial, un primer
experimento en ese sentido fueron los Juegos Olímpicos de 1968 en México, y un
segundo, los Juegos Olímpicos de 1984 en Los Ángeles.
La
actual, es una era es definida como una segunda modernidad que inició a finales
del siglo XIX y no se sabe cuándo acabará. Se caracteriza por proporcionar a
las sociedades entretenimiento global, satisface un apetito lúdico-recreativo
que busca convencer al individuo de que el fin único de la vida es pasarla bien.
Las
últimas Copas del Mundo tienen en común la competencia de las ciudades por ser
sede, un modelo económico neoliberal que se define por una apertura global, los
constantes cambios tecnológicos y el crecimiento de las industrias de
entretenimiento globales —no solo son de carácter deportivo, forman parte
grandes cintas cinematográficas, conciertos multitudinarios, festivales,
etcétera—.
Los
próximos Mundiales, indicó Samuel Martínez López, estarán marcados por una
enorme incertidumbre social y económica. Los países cada vez tendrán menos
capacidad de asumir los costos, ya que no hay retorno de la inversión con el
turismo. Las naciones que se decidan a organizarlo es porque tienen un mensaje
al mundo: aquí estamos y tenemos peso geopolítico. Éstas asumen, también, el
riesgo de correr paradojas que desestabilicen el evento como los actos
terroristas. (Academia Mexicana de Ciencias).
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