Matemáticas
y futbol, una simbiosis
obligada en cada partido
CIUDAD
DE MÉXICO.— Por difícil que parezca, las matemáticas han tenido y tienen gran
importancia en el desarrollo del futbol. Al usar términos como “formación”,
“tiro con chanfle”, se habla de futbol, pero también de matemáticas. Con este
deporte se puede aprender estadística gracias al análisis de los pases
realizados de un jugador cualquiera o con los tiros penales.
Este
Mundial de Rusia 2018 es un buen pretexto para aprender geometría analizando
las triangulaciones de los equipos y los modelos matemáticos podrán ayudar a
entender cómo funciona la cooperación sobre la cancha, sostuvo José Antonio de
la Peña, ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias e investigador del
Instituto de Matemáticas de la UNAM.
El
espacio donde se practica futbol está lleno de matemáticas. Se trata de un
deporte en el que son importantes aspectos como las medidas de los deportistas,
el balón y hasta el número de jugadores, ya que con solo variar de 11 a 5 o 15
jugadores, el tipo y dinámica de juego sería totalmente distinto.
Es
el propio espacio para el juego el que define, entre otros, la formación o
alineación de los equipos, en el caso de los participantes en el Mundial de
Rusia 2018, los jugadores requieren altos niveles de resistencia al igual que
poderosas explosiones de velocidad, pues el futbolista promedio corre 10
kilómetros (km) por juego.
La
medida moderna de la distancia que recorre un jugador se ha logrado monitorear
a través del mismo sistema que rastrea la velocidad y la trayectoria de la
pelota. Se colocan 16 cámaras alrededor del estadio de futbol, cada una
grabando una porción de la cancha. Las cámaras envían información a
computadoras que extraen los datos de velocidad y la compilan en estadísticas
útiles. Así se conoce que los jugadores en diferentes posiciones en la cancha
cubren diferentes distancias. “Los jugadores de medio campo cubren mayor
distancia, mientras que los defensores cubren mucho menos”, precisó.
Gracias
a las matemáticas, se sabe que dos tercios de los 10 km los cubren caminando o
trotando, el resto lo hacen corriendo, aunque unos 800 metros los recorren con
exposiciones rápidas de 10 a 40 metros.
La investigación también muestra que en la década de 1970 el promedio
era de 8 mil 800 metros y que el incremento actual se explica por la evolución
del modo y la intensidad de juego (ahora los jugadores son más fuertes y
veloces).
Tiros con chanfle
En
este Mundial se podrán observar tiros libres con efectos precisos, y para
entender su funcionamiento en necesario conocer los factores o magnitudes
físicas que contribuyen a la realización del disparo, como son: fuerza,
velocidad y frecuencia.
Uno
de esos efectos en el tiro es conocido como “chanfle”, el cual se logra por la
combinación de dos fuerzas, una que se mantiene constante (gravedad) y otra
conocida fuerza de Magnus, que la imprime el jugador al momento de patear el
balón y es la responsable de la curva que realiza en su trayectoria.
De
acuerdo con el doctor De la Peña, con la primera fuerza y a menos que el
esférico sea impactado en su centro geométrico, éste siempre girará ligeramente
conforme se mueve en el aire por el hecho que uno de los lados va girando en la
misma dirección de la trayectoria del vuelo; mientras que la segunda hace que
gire en dirección contraria con una ligera diferencia en la velocidad relativa
del aire en cada costado. Esto crea, en consecuencia, una diferencia de presión
que hace que la bola se mueva en una curva y no en línea recta.
El
especialista recordó que se le atribuye al futbolista brasileño Arthur
Friedenreich, considerado el máximo goleador de toda la historia del futbol con
mil 379 anotaciones registradas, el descubrimiento y desarrollo de la técnica
de pegarle al balón para producir el chanfle.
La
regla cardinal dicta que se debe patear el costado izquierdo del balón para
darle un giro en contra de las agujas del reloj (visto desde arriba) y curvará
hacia la izquierda. La premisa puede sonar simple, excepto que hacer que el
balón salga con chanfle no es suficiente. Debe curvar de modo preciso, y ello
no solo depende del giro sino también de la velocidad del objeto en el aire. La
fuerza del disparo debe ser perfectamente calculada, para optimizar el giro y
la velocidad.
Historia de los
balones, otra variable
Según
diferentes historiadores, se dice que fue en China alrededor del siglo IV a. de
C, donde se creó la primera pelota de cuero, rellena de crines y raíces;
utilizada con fines militares. En civilizaciones como la griega y
precolombinas, así como creativos romanos y japoneses, aportaron con sus usos y
materiales a lo que hoy en día es un moderno balón de futbol.
Hasta
mediados del siglo XIX, los primeros balones que luego derivaron en los del
futbol estaban hechos con las vejigas de los cerdos que, por su naturaleza, no
alcanzaban formas del todo esféricas y ofrecían movimientos inestables. Esta inestabilidad,
tanto en forma como en movimientos, fue superada gracias al descubrimiento de
la vulcanización del caucho que hizo Charles Goodyear, quien en 1855 creó la
primera pelota específica para el futbol y fue utilizada por primera vez de
forma oficial en 1863 en la ciudad de Boston, Massachusetts, Estados Unidos.
Los
balones eran elaborados en forma esférica a través de la unión de un conjunto
de partes con forma de gajos. En 1970 se dio una verdadera revolución, ya que
se diseñó el primer balón con formas geométricas, pentágonos y hexágonos. Bajo
la denominación de Telstar (balón oficial en el Mundial México 1970), se creó
el primer modelo conformado por 32 paneles de dos colores, blanco y negro,
cosidos a mano. Con ello, se obtuvo la esfera más perfecta hasta el momento,
así como la estandarización de las medidas de fabricación.
Este
modelo ayudó al desarrollo de los siguientes balones y se llegó a 1982 con el
modelo Tango España (Mundial de España 1982), con el que se consiguió reducir a
niveles mínimos la absorción de agua, mediante costuras impermeables.
Formaciones
Muchos
consideran como sistema natural aquel que de principio proporciona un
rendimiento más promediado. Una defensa con cuatro jugadores es garantía de
seguridad; una media con dos pivotes y dos extremos asegura a la vez control,
corte y desborde; la doble línea permite, con ocho, la inferioridad; y dos
buenas puntas siempre obligarán al contrario a destinar tres de los diez
jugadores de campo a jugar por detrás del balón. En la Liga Premier este
sistema era usado masivamente hasta hace poco y hoy es el tercero más utilizado
(17.4%); mientras en Alemania, donde quizás se mantiene con más pureza el
estilo de ida y vuelta del futbol clásico, es el segundo más usado (17.3 %).
Al
hablar de las formaciones de los equipos, José Antonio de la Peña tomó los
ejemplos de algunos torneos de futbol para obtener algunos cálculos: “El 73% de
las alineaciones en la liga española juega el 4-2-3-1 (cuatro defensas, dos
medios retrasados, tres adelantados y uno en punta), dicho sistema se ha
abierto con fuerza en el balompié alemán (57.4%) y en el francés (51%), donde
el doble pivote nunca ha dejado de ser prolíficamente usado. En Inglaterra
varios conjuntos que jugaban formaciones 4-3-3 y 4-2-2-2 han movido sus piezas
para reconvertirse en 4-2-3-1. “Lo que
quiero decir con estos ejemplos es que en la actualidad se sabe exactamente
cuántos equipos juegan las diferentes variantes”, indicó.
Futbol total
En
la charla titulada “Matemáticas y futbol”, que ofreció De la Peña en la sede de
El Colegio Nacional, institución de la que es miembro, recordó que otro sistema
famoso en la década de 1970 fue el denominado “futbol total”, que practicaba
especialmente Holanda. Este modelo tenía la virtud de no tener posiciones
perfectamente fijas, pues en un esquema 4-2-4 los jugadores podían tener mucha
movilidad, pero implicaba mayor desgaste para los jugadores. Gracias a este
sistema, “La naranja mecánica” fue la mejor selección en dos Mundiales
seguidos, Alemania 1974 y Argentina 1978, aunque no logró ganar ninguno de los
dos pese al nivel de competitividad.
Es
un sistema en el que el jugador se mueve fuera de su posición, es sustituido
por un compañero de equipo, lo que permite que el conjunto conserve su
estructura táctica. Con este planteamiento ningún futbolista tiene un papel
asignado, con lo cual, sucesivamente, cualquiera puede ser delantero,
centrocampista y defensa.
“Esto
se sabe gracias a técnicas modernas con las que se pueden analizar muchos datos
por medio de computadoras. En la Universidad de Bath, en Inglaterra, se
hicieron un montón de estudios y uno de ellos tuvo que ver con el área que
cubre un portero de futbol cuando le tiran el penal y concluyeron que, con su
cuerpo en movimiento, logra cubrir el 80% de la portería. También encontraron
que solo el 72% de los penales se anotan en series o en juego normal”, explicó
el matemático.
Existe
la posibilidad de calcular si un penal se va a anotar o no a través de una
cadena de Markov. La primera posibilidad que se tiene para un primer penal es
de 50% de ser anotado y un porcentaje igual de no anotarlo. En este sistema, la
probabilidad de ocurrencia de un suceso depende de los anteriores, entonces
imaginando que el primer penal se anotó, se pensaría que la probabilidad para
el segundo penal vuelve a ser de 50-50, pero no es así, porque la posibilidad
de un segundo penal anotado es de 25% menos y así sucesivamente.
“Lo
que podemos calcular son probabilidades, solo eso. No tenemos la seguridad de
que pase una cosa u otra. Cada partido de futbol es una fórmula compuesta de
muchas variables”, sostuvo el especialista. (Academia Mexicana de Ciencias).
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