viernes, 18 de marzo de 2016

Domingo de Ramos
  
Konaté Hernández

Con la entrada mesiánica de Jesús a Jerusalén da inicio la Semana Santa, festividad que la Iglesia Católica denomina Domingo de Ramos en el cual los cristianos conmemoran la entrada apoteósica de Jesús de Nazaret a Jerusalén, aclamado por una multitud exultante, días antes de su pasión, muerte y resurrección, según testimonian los cuatro evangelios canónicos: San Mateo, San Marcos, San Lucas, y San Juan. Este domingo es el pórtico espiritual de la Semana Santa. La fecha de su celebración es movible, enmarcada en el lapso de los meses de marzo o abril.

De acuerdo a la narración de los evangelios canónicos la entrada a Jerusalén describe el momento en que Jesús de Nazaret entró triunfalmente a Jerusalén, en medio de una multitud que lo aclamaba como el Hijo de Dios. El Domingo de Ramos conmemora este hecho. La narración de la entrada a Jerusalén está escrita en el Nuevo Testamento, de la Biblia, siendo mencionada por todos los evangelios canónicos: (Evangelio de Mateo capítulo 21, 1-9; Evangelio de Marcos capítulo 11, 1-10; Evangelio de Lucas, capítulo 19, 28-40; Evangelio de Juan, capítulo 12, 12-19)
Antes de entrar a Jerusalén, Jesús se detuvo en Betania y Betfagé, y el Evangelio de Juan añade que cenó con Lázaro y sus hermanas María y Martha. Ahí, se describe que Jesús envió a dos discípulos (no mencionados) a la aldea cercana, con órdenes de recuperar un borrico que había sido atado, pero nunca montado y dijo Si os preguntan, decid que el Señor necesita el borrico, y que les será devuelto luego
Los sinópticos y Juan establecen que Jesús supo que había gente en el área, como Simón el Leproso, así que pudo haber argumentado que la presencia del borrico había sido organizada por los discípulos de Jesús. El Evangelio de Juan, no obstante, simplemente dice que Jesús encontró el borrico. Juan y los Sinópticos establecen que Jesús entonces montó al borrico (o en Mateo al borrico y a la burra, madre de éste), dentro de Jerusalén. Los sinópticos añaden que los discípulos pudieron poner sus capas en el animal, haciéndolo así más confortable.
Los Evangelios describen cómo Jesús entró a Jerusalén y cómo la gente alfombraba su camino y también cómo dejaba a un lado pequeñas ramas de árbol. La gente también cantaba una parte del Libro de los Salmos, específicamente los versículos 25-26 del capítulo 118. ...Bendito es el que viene en el nombre del Señor. Bendito es el enviado del Reino de Nuestro Padre David... El lugar de esta entrada no está especificado, pero se supone que tuvo lugar en la Puerta Dorada, desde donde se creía que el Mesías entraría a Jerusalén, otros estudiosos piensan que el lugar fue hacia el sur, pues tenía entrada directa hacia el templo. (Kilgallen 210). Ver también Marcos 11.


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