Domingo
de Ramos
Con
la entrada mesiánica de Jesús a Jerusalén da inicio la Semana Santa, festividad
que la Iglesia Católica denomina Domingo de Ramos en el cual los cristianos
conmemoran la entrada apoteósica de Jesús de Nazaret a Jerusalén, aclamado por
una multitud exultante, días antes de su pasión, muerte y resurrección, según
testimonian los cuatro evangelios canónicos: San Mateo, San Marcos, San Lucas,
y San Juan. Este domingo es el pórtico espiritual de la Semana Santa. La fecha
de su celebración es movible, enmarcada en el lapso de los meses de marzo o
abril.
De
acuerdo a la narración de los evangelios canónicos la entrada a Jerusalén
describe el momento en que Jesús de Nazaret entró triunfalmente a Jerusalén, en
medio de una multitud que lo aclamaba como el Hijo de Dios. El Domingo de Ramos
conmemora este hecho. La narración de la entrada a Jerusalén está escrita en el
Nuevo Testamento, de la Biblia, siendo mencionada por todos los evangelios
canónicos: (Evangelio de Mateo capítulo 21, 1-9; Evangelio de Marcos capítulo
11, 1-10; Evangelio de Lucas, capítulo 19, 28-40; Evangelio de Juan, capítulo
12, 12-19)
Antes
de entrar a Jerusalén, Jesús se detuvo en Betania y Betfagé, y el Evangelio de
Juan añade que cenó con Lázaro y sus hermanas María y Martha. Ahí, se describe
que Jesús envió a dos discípulos (no mencionados) a la aldea cercana, con
órdenes de recuperar un borrico que había sido atado, pero nunca montado y dijo
Si os preguntan, decid que el Señor necesita el borrico, y que les será
devuelto luego
Los
sinópticos y Juan establecen que Jesús supo que había gente en el área, como
Simón el Leproso, así que pudo haber argumentado que la presencia del borrico
había sido organizada por los discípulos de Jesús. El Evangelio de Juan, no
obstante, simplemente dice que Jesús encontró el borrico. Juan y los Sinópticos
establecen que Jesús entonces montó al borrico (o en Mateo al borrico y a la
burra, madre de éste), dentro de Jerusalén. Los sinópticos añaden que los
discípulos pudieron poner sus capas en el animal, haciéndolo así más
confortable.
Los
Evangelios describen cómo Jesús entró a Jerusalén y cómo la gente alfombraba su
camino y también cómo dejaba a un lado pequeñas ramas de árbol. La gente
también cantaba una parte del Libro de los Salmos, específicamente los versículos
25-26 del capítulo 118. ...Bendito es el que viene en el nombre del Señor.
Bendito es el enviado del Reino de Nuestro Padre David... El lugar de esta
entrada no está especificado, pero se supone que tuvo lugar en la Puerta
Dorada, desde donde se creía que el Mesías entraría a Jerusalén, otros
estudiosos piensan que el lugar fue hacia el sur, pues tenía entrada directa
hacia el templo. (Kilgallen 210). Ver también Marcos 11.
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