miércoles, 5 de agosto de 2015

El PAN, convertido en
campo de batalla fratricida


Konaté Hernández

La sucesión de Gustavo Madero Muñoz en la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN) ha provocado que los grupos que apoyan a los aspirantes Javier Corral y Ricardo Anaya se dediquen a la descalificación, hostigamiento y a etiquetar a los opositores para desacreditar a uno y otro grupo, lo que ha convertido a este partido en un campo de guerra fratricida en Quintana Roo.
Militantes panistas no están de acuerdo con las estrategias hostiles que se llevan a cabo en este proceso interno, pues argumentan que hostigar no le hace ningún bien al partido, por el contrario lo debilita más.
“Si no estás conmigo, estas con el Diablo”, dicen unos y otros, situación que sólo genera división y malestar entre sus miembros, al no haber respeto a la secrecía e individualidad de quienes no quieren ser etiquetados al no manifestar preferencia alguna por uno u otro candidato, sin embargo sí tienen el deseo de participar en una contienda que dista mucho de ser democrática.

Se ha comentado que hay un hostigamiento verbal para dividir al blanquiazul en dos o más grupos, lo cual consideran incorrecto, debido a que de esta forma no llegarán fortalecidos a una contienda externa, la más próxima las elecciones locales de 2016, en las que se elegirá gobernador, se renovarán las 10 presidencias municipales, así como el Congreso de Quintana Roo.
Y es que aún está fresca en la conciencia de algunos panistas quintanarroenses, sobre todo de Cancún, que hubo personas que realizaron una mala operación política, plagada de hostigamiento hacia la militancia para que llegara a la dirigencia municipal en Benito Juárez el ahora ex panista Víctor Alberto Sumohano Ballados, quien durante su gestión dejó mucho que desear al alejar a los militantes del partido, sobre todo cuando quiso darle un toque más elitista a la institución, negando el acceso al partido a las bases, aunado a tratarlos con la punta del pie, sólo por no andar vestidos correctamente, según decía.
Eduardo Martínez Arcila, sin credibilidad alguna tras los fracasos
electorales del PAN.
Ante esta triste situación del pasado, los panistas no quieren volver a repetirla, pues sólo generan división al interior del mismo, además de hacer que muchos se muestren apáticos a participar en las contiendas externas, aunque muchos panistas en la actualidad reconocen que es difícil que Acción Nacional vuelva a ocupar cargos de relevancia por la decepción y el descontento de la sociedad cuando estuvo en el poder.
Por tal motivo los operadores políticos que se han dedicado a favorecer a ambos bandos, tanto de Ricardo Anaya como de Javier Corral, a pesar de que se les ha criticado y muchos miembros de esta institución ya están hartos, continúan con el hostigamiento hacia las bases, y es que si no consiguen su apoyo empiezan a etiquetarlos como parte del equipo de Gustavo Madero y Eduardo Martínez Arcila, dirigente estatal blanquiazul, quien por cierto ha perdido toda credibilidad y confianza entre los militantes en Quintana Roo debido a los pésimos resultados obtenidos por el PAN en las últimas elecciones locales de 2013 y, sobre todo, en la reciente elección federal de este año.

Así pues, los panistas califican de injusta esta situación porque les coartan su libertad a decidir por sí mismos.

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