jueves, 14 de febrero de 2019


San Valentín defenestrado y vuelto a celebrar

N. Mario Rizzo M.

Durante el Papado de Angelo Giuseppe Roncalli (Juan XXIII) se convocó el Concilio Vaticano II que no concluyó hasta 1965 cuando ya era Papa Giovanni Battista Montini (Pablo VI). Sólo dos Concilios habían ocurrido anteriormente, el de Trento entre 1545 y 1563 dirigido a unificar la Iglesia Católica ante el avance del Protestantismo, y el Concilio Vaticano I realizado entre 1869 y 1870 que trató de detener las pujantes ideas Racionalistas de la época.
El Concilio Vaticano II pretendió actualizar a la Iglesia, y por eso una de las acciones derivadas fue la de reorganizar el Santoral eliminando Santos cuyo origen era legendario. En ese proceso San Valentín fue retirado y suprimida su celebración los 14 de febrero.

No fue el único, San Nicomedes también cayó; desde entonces muchos de los nacidos un 15 de septiembre que llevamos, por costumbre de aquellos tiempos, ese nombre lo cargamos innecesariamente.
Pero San Valentín, cuya hermosa leyenda resultó más fuerte que las decisiones eclesiásticas, sobrevivió, y aunque no ha recuperado su espacio en el Santoral fue celebrado nuevamente puesto que en el 2014 el papa Francisco decidió participar en la celebración de San Valentín, en un intento por devolverle el sentido religioso a esta festividad, surgida en principio para contrarrestar a las festividades paganas.
Lo cierto es que, o al menos así lo recoge las leyendas, hubo tres mártires nombrados Valentín en la antigua Roma.
Un médico romano que se hizo sacerdote y que casaba a los soldados, a pesar de que ello estaba prohibido por el emperador Claudio "El Gótico", que lo consideraba incompatible con la carrera de las armas. El emperador ordenó decapitarlo en el 270.
Un obispo de la ciudad de Interamna (hoy Terni, Italia), donde se encuentran los restos del cuerpo conservados en la homónima basílica, y donde el 14 de febrero es la fiesta patronal.
Un obispo llamado Valentín de Recia, que vivió en el siglo V y que fue enterrado en Mais, cerca de Merano, en el Tirol, Italia; en el siglo VIII, su cuerpo se trasladó a Passau, en Baviera; en Alemania, los católicos le tienen mucha devoción, y es invocado para curar la epilepsia; a partir del siglo XV, se le representa con un niño tendido a sus pies.
Sin embargo la fiesta de San Valentín, en la fecha conocida del 14 de febrero, no fue declarada oficialmente hasta el año 498 por el papa Gelasio, sin precisar a cuál de los Valentines rendía tributo.
Se cree que tanto el sacerdote como el obispo Valentín fueron enterrados en la Via Flaminia en las afueras de Roma, en la que era nombrada como la Puerta de San Valentín (ahora conocida como Porta del Popolo). Existe también un cráneo atribuido a San Valentín Mártir que se conserva dentro de una urna de cristal, a la vista de los fieles, en la Basílica de Santa Maria in Cosmedin en Roma, a partir del cual se ha hecho una reconstrucción facial.
Se sabe que muchas de las leyendas que los rodean  probablemente se inventaron durante la Edad Media en Francia e Inglaterra, cuando el día festivo 14 de febrero empezó asociarse con el amor, a raíz de la historia de San Valentín, quien habría sido ejecutado un 14 de febrero al no querer renunciar al cristianismo y haber casado a soldados en secreto después de que el matrimonio de soldados profesionales fuera prohibido por el emperador Claudio II. Otra leyenda dice que es patrono de los enamorados porque su fiesta coincide con el momento del año en que los pájaros empiezan a emparejarse. Sin dudas la Iglesia aprovechó leyendas y mitos para suplantar con esta festividad algunas similares de origen pagano.
Actualmente la leyenda principal en la que se fundamenta la festividad es la que nos habla de un  Valentín, antes médico militar y después sacerdote, que casaba a soldados con sus damas en las bodegas de las cárceles del Imperio en los tiempos que el cristianismo fue prohibido por Claudio  quien  enterado de los votos matrimoniales que realizaba el santo mandó capturarlo y traerlo frente a él para que se excusara, al parecer Claudio no tenía más intención que solo reprenderlo y expulsarlo del país pero por influencia de otros altos funcionarios mandó decapitar a San Valentín. Los días que estuvo esperando en prisión para su ejecución vio que la hija del juez de la prisión era ciega, él por medio de oraciones pidió a Dios que la joven tuviera la dicha de poder ver, durante su traslado a la plaza pública para su ejecución San Valentín le regaló un papelillo a la joven para que lo leyera, ella sin entender el motivo ya que era ciega abrió el papel y por primera vez logró ver y lo primero que vio era una frase que decía «Tú Valentín». Algunos historiadores que apoyan este relato como el único y verdadero aseguran que Valentín se llegó a enamorar de la joven, por lo cual su simbolismo como santo del amor fue mayor.
Como los vestigios paganos siempre sobreviven no tardó en asociársele con el dios Cupido, quien ha quedado mostrado como el niño que flecha a los enamorados.
La leyenda es hermosa, celebrar el amor y la amistad lo es más. Que tradición y celebración hayan servido para engrosar los bolsillos de los comerciantes resultó inevitable, pero no se preocupe, si usted ama de verdad y no tiene un céntimo una simple flor, o un beso, serán más que suficientes.

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