San
Valentín defenestrado y vuelto a celebrar
Durante
el Papado de Angelo Giuseppe Roncalli (Juan XXIII) se convocó el Concilio
Vaticano II que no concluyó hasta 1965 cuando ya era Papa Giovanni Battista
Montini (Pablo VI). Sólo dos Concilios habían ocurrido anteriormente, el de
Trento entre 1545 y 1563 dirigido a unificar la Iglesia Católica ante el avance
del Protestantismo, y el Concilio Vaticano I realizado entre 1869 y 1870 que
trató de detener las pujantes ideas Racionalistas de la época.
El
Concilio Vaticano II pretendió actualizar a la Iglesia, y por eso una de las
acciones derivadas fue la de reorganizar el Santoral eliminando Santos cuyo
origen era legendario. En ese proceso San Valentín fue retirado y suprimida su
celebración los 14 de febrero.
No
fue el único, San Nicomedes también cayó; desde entonces muchos de los nacidos
un 15 de septiembre que llevamos, por costumbre de aquellos tiempos, ese nombre
lo cargamos innecesariamente.
Pero
San Valentín, cuya hermosa leyenda resultó más fuerte que las decisiones
eclesiásticas, sobrevivió, y aunque no ha recuperado su espacio en el Santoral
fue celebrado nuevamente puesto que en el 2014 el papa Francisco decidió participar
en la celebración de San Valentín, en un intento por devolverle el sentido
religioso a esta festividad, surgida en principio para contrarrestar a las
festividades paganas.
Lo
cierto es que, o al menos así lo recoge las leyendas, hubo tres mártires nombrados
Valentín en la antigua Roma.
Un
médico romano que se hizo sacerdote y que casaba a los soldados, a pesar de que
ello estaba prohibido por el emperador Claudio "El Gótico", que lo
consideraba incompatible con la carrera de las armas. El emperador ordenó
decapitarlo en el 270.
Un
obispo de la ciudad de Interamna (hoy Terni, Italia), donde se encuentran los
restos del cuerpo conservados en la homónima basílica, y donde el 14 de febrero
es la fiesta patronal.
Un
obispo llamado Valentín de Recia, que vivió en el siglo V y que fue enterrado
en Mais, cerca de Merano, en el Tirol, Italia; en el siglo VIII, su cuerpo se
trasladó a Passau, en Baviera; en Alemania, los católicos le tienen mucha
devoción, y es invocado para curar la epilepsia; a partir del siglo XV, se le
representa con un niño tendido a sus pies.
Sin
embargo la fiesta de San Valentín, en la fecha conocida del 14 de febrero, no
fue declarada oficialmente hasta el año 498 por el papa Gelasio, sin precisar a
cuál de los Valentines rendía tributo.
Se
cree que tanto el sacerdote como el obispo Valentín fueron enterrados en la Via
Flaminia en las afueras de Roma, en la que era nombrada como la Puerta de San
Valentín (ahora conocida como Porta del Popolo). Existe también un cráneo
atribuido a San Valentín Mártir que se conserva dentro de una urna de cristal,
a la vista de los fieles, en la Basílica de Santa Maria in Cosmedin en Roma, a
partir del cual se ha hecho una reconstrucción facial.
Se
sabe que muchas de las leyendas que los rodean
probablemente se inventaron durante la Edad Media en Francia e
Inglaterra, cuando el día festivo 14 de febrero empezó asociarse con el amor, a
raíz de la historia de San Valentín, quien habría sido ejecutado un 14 de
febrero al no querer renunciar al cristianismo y haber casado a soldados en
secreto después de que el matrimonio de soldados profesionales fuera prohibido
por el emperador Claudio II. Otra leyenda dice que es patrono de los enamorados
porque su fiesta coincide con el momento del año en que los pájaros empiezan a
emparejarse. Sin dudas la Iglesia aprovechó leyendas y mitos para suplantar con
esta festividad algunas similares de origen pagano.
Actualmente
la leyenda principal en la que se fundamenta la festividad es la que nos habla
de un Valentín, antes médico militar y
después sacerdote, que casaba a soldados con sus damas en las bodegas de las
cárceles del Imperio en los tiempos que el cristianismo fue prohibido por
Claudio quien enterado de los votos matrimoniales que
realizaba el santo mandó capturarlo y traerlo frente a él para que se excusara,
al parecer Claudio no tenía más intención que solo reprenderlo y expulsarlo del
país pero por influencia de otros altos funcionarios mandó decapitar a San
Valentín. Los días que estuvo esperando en prisión para su ejecución vio que la
hija del juez de la prisión era ciega, él por medio de oraciones pidió a Dios
que la joven tuviera la dicha de poder ver, durante su traslado a la plaza
pública para su ejecución San Valentín le regaló un papelillo a la joven para que
lo leyera, ella sin entender el motivo ya que era ciega abrió el papel y por
primera vez logró ver y lo primero que vio era una frase que decía «Tú
Valentín». Algunos historiadores que apoyan este relato como el único y
verdadero aseguran que Valentín se llegó a enamorar de la joven, por lo cual su
simbolismo como santo del amor fue mayor.
Como
los vestigios paganos siempre sobreviven no tardó en asociársele con el dios
Cupido, quien ha quedado mostrado como el niño que flecha a los enamorados.
La
leyenda es hermosa, celebrar el amor y la amistad lo es más. Que tradición y
celebración hayan servido para engrosar los bolsillos de los comerciantes
resultó inevitable, pero no se preocupe, si usted ama de verdad y no tiene un
céntimo una simple flor, o un beso, serán más que suficientes.
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