Renace
el béisbol en Cuba
LA
HABANA.— En la noche del jueves se produjo lo que pudiera llamarse un milagro
deportivo. El Estadio Latinoamericano, el terreno de beisbol más grande del
país, estuvo repleto con más de 50 000 aficionados en su interior y unos 15 000
en sus alrededores para asistir al tercer partido, de 7 posibles, entre los
locales habaneros, Industriales, y el aguerrido equipo de la oriental provincia
Las Tunas conocido como Los Leñadores.
Los
alegres asistentes cantaron y corearon durante más de tres horas, sonaron sus
cornetas, encendieron las luces de sus celulares cada vez que los Leones, que
así llaman a los locales, amenazaban, lograron hacer “olas” humanas con
exactitud cronométrica, disfrutaron al máximo de un espectáculo que les hizo
olvidar las afectaciones de recientes huracanes, las amenazas norteamericanas
de eliminar los avances obtenidos en los últimos meses en cuanto a las
relaciones binacionales, o las penurias o problemas que cada cual tuviese a
cuestas.
En
horario simultáneo, en la ciudad de Bayamo, se batían los equipos de Matanzas y
Granma que disputaron hasta anoche el ser ganador de la otra semifinal. Allí el
actual campeón, los Alazanes de Granma, dejaron al campo a los Cocodrilos de
Matanzas, el mejor equipo en la Serie Clasificatoria, pues completaron su cuarto
triunfo. El estadio local, más pequeño que el de la capital, estuvo repleto de
seguidores que ocuparon también techos y ramas de árboles circundantes, y que
celebraron el triunfo como si ya su equipo fuese de nuevo campeón en esta
Serie.
Se
sabe ya que la final será entre granmenses y el equipo que resulte vencedor del
desafío que desarrollan capitalinos y tuneros pero lo cierto es que a pesar de
que el calendario de los Play Off se ha visto afectado por torrenciales lluvias
inhabilitadoras de los terrenos de Matanzas, Las Tunas y Bayamo, que han
obligado a frecuentes cambios de horarios y fechas, a celebrar juegos de día y
no de noche, a transmitir simultáneamente dos juegos, y otras desventuras, la
fanaticada se ha comportado como hacía años no ocurría.
Es
que aquí el balompié ha ganado tantos adeptos que los jóvenes en las calles se
identifican como barcelonistas o madrileños y, en cuanto a las selecciones
nacionales, como seguidores de España o Argentina, también de Brasil, y alguno
que otro de Alemania o Italia. Tal ha sido la fiebre futbolística que parecía
como si la pelota dejase de ser el deporte nacional.
Los
malos resultados internacionales de los equipos de Cuba, y Series Nacionales de
menguada calidad, en comparación con las Grandes Ligas de USA o la Liga del
Japón, ayudaron en mucho a la depreciación de la que antes fuera pasión
popular.
El
organismo rector del deporte en Cuba, el Instituto Nacional de Deportes y
Recreación (INDER) ha hecho todo lo que su menguada capacidad económica le ha permitido
para rescatar el espíritu beisbolero. Se han reparado estadios y colocado
nuevas torres de iluminación en varios de ellos; la prensa deportiva ha hecho
su parte criticando y sugiriendo.
Aunque
falta mucho por hacer, como ofertar suvenires deportivos en los estadios y
tiendas, poner a la venta implementos requeridos para masificar la práctica del
deporte, continuar mejorando los terrenos, y garantizar horarios y fechas
adecuadas de juego con transmisiones televisivas de calidad, hay que decir que
se puede apreciar un renacimiento del beisbol en Cuba.
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