viernes, 12 de enero de 2018

Renace el béisbol en Cuba

N. Mario Rizzo M.

LA HABANA.— En la noche del jueves se produjo lo que pudiera llamarse un milagro deportivo. El Estadio Latinoamericano, el terreno de beisbol más grande del país, estuvo repleto con más de 50 000 aficionados en su interior y unos 15 000 en sus alrededores para asistir al tercer partido, de 7 posibles, entre los locales habaneros, Industriales, y el aguerrido equipo de la oriental provincia Las Tunas conocido como Los Leñadores.
Los alegres asistentes cantaron y corearon durante más de tres horas, sonaron sus cornetas, encendieron las luces de sus celulares cada vez que los Leones, que así llaman a los locales, amenazaban, lograron hacer “olas” humanas con exactitud cronométrica, disfrutaron al máximo de un espectáculo que les hizo olvidar las afectaciones de recientes huracanes, las amenazas norteamericanas de eliminar los avances obtenidos en los últimos meses en cuanto a las relaciones binacionales, o las penurias o problemas que cada cual tuviese a cuestas.

En horario simultáneo, en la ciudad de Bayamo, se batían los equipos de Matanzas y Granma que disputaron hasta anoche el ser ganador de la otra semifinal. Allí el actual campeón, los Alazanes de Granma, dejaron al campo a los Cocodrilos de Matanzas, el mejor equipo en la Serie Clasificatoria, pues completaron su cuarto triunfo. El estadio local, más pequeño que el de la capital, estuvo repleto de seguidores que ocuparon también techos y ramas de árboles circundantes, y que celebraron el triunfo como si ya su equipo fuese de nuevo campeón en esta Serie.
Se sabe ya que la final será entre granmenses y el equipo que resulte vencedor del desafío que desarrollan capitalinos y tuneros pero lo cierto es que a pesar de que el calendario de los Play Off se ha visto afectado por torrenciales lluvias inhabilitadoras de los terrenos de Matanzas, Las Tunas y Bayamo, que han obligado a frecuentes cambios de horarios y fechas, a celebrar juegos de día y no de noche, a transmitir simultáneamente dos juegos, y otras desventuras, la fanaticada se ha comportado como hacía años no ocurría.
Es que aquí el balompié ha ganado tantos adeptos que los jóvenes en las calles se identifican como barcelonistas o madrileños y, en cuanto a las selecciones nacionales, como seguidores de España o Argentina, también de Brasil, y alguno que otro de Alemania o Italia. Tal ha sido la fiebre futbolística que parecía como si la pelota dejase de ser el deporte nacional.
Los malos resultados internacionales de los equipos de Cuba, y Series Nacionales de menguada calidad, en comparación con las Grandes Ligas de USA o la Liga del Japón, ayudaron en mucho a la depreciación de la que antes fuera pasión popular.
El organismo rector del deporte en Cuba, el Instituto Nacional de Deportes y Recreación (INDER) ha hecho todo lo que su menguada capacidad económica le ha permitido para rescatar el espíritu beisbolero. Se han reparado estadios y colocado nuevas torres de iluminación en varios de ellos; la prensa deportiva ha hecho su parte criticando y sugiriendo.
Aunque falta mucho por hacer, como ofertar suvenires deportivos en los estadios y tiendas, poner a la venta implementos requeridos para masificar la práctica del deporte, continuar mejorando los terrenos, y garantizar horarios y fechas adecuadas de juego con transmisiones televisivas de calidad, hay que decir que se puede apreciar un renacimiento del beisbol en Cuba.

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