jueves, 25 de enero de 2018

México: El fraude de cada elección

La mirada de un periodista cubano y desde Cuba al entorno electoral mexicano

AMLO es el favorito entre los jóvenes de entre 18 y 29 años.
Foto: EFE.
Arnaldo Musa

CIUDAD DE MÉXICO.— Se debe discutir cómo derrotar al fraude electoral antes de que este se realice y se materialice en las elecciones presidenciales de julio
Nada nuevo se dice cuando se afirma que la izquierda pudiera llegar a ocupar la presidencia mexicana, si se mantiene la tendencia popular de respaldo que tendrá que hacerse valer en los comicios de julio venidero.
Lo nuevo sería si se respetara el conteo de los votos y se alejara la alta posibilidad de fraude en una nación que se dice democrática, pero donde la derecha enquistada en el poder solo cedería ante un igual y nunca ante la izquierda, como se ha demostrado plenamente.

Recordemos que Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ex alcalde de Ciudad de México que comenzó su carrera como político del hoy gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue uno de los principales contendientes en las elecciones presidenciales del 2006 y 2012.  En el 2006, fue declarado perdedor por menos de un punto porcentual, alegó que había habido fraude, organizó protestas, y mantuvo al país en vilo durante más de un año.
Tanto en esa como en la posterior elección el fraude quedó demostrado, pero nada hicieron las autoridades electorales, pendientes de que no se enturbiara el estatus de derecha instituido en el país, con sexenios presidenciales consecutivos de ignorancia política, corrupción y una violencia rayana en la guerra sostenida bajo el pretexto de combatir al narcotráfico.
Las cifras son contundentes: 250 000 muertos, 50 000 desaparecidos, y 300 000 desplazados, y cada muerte tiene cuatro o cinco deudos, por lo cual millones de personas están marcadas por la guerra en México.
En lo que respecta al ejército, este es inoperante ante una guerra irregular y solo sirve para aumentar su poder de abuso, gracias a que ha sido investido con una ley de seguridad calificada de fascista y que solo sirve para reprimir a quienes no deben serlos.
El gobierno gasta millones en publicidad oficial y la cultura y la prensa se vuelven orgánicas, no hacen nada digno para un pueblo mayoritariamente inculto, y no cuentan como el narcotráfico y los políticos corruptos son lo mismo.
Lo que hay que hacer
A los 66 años, el productor Epigmenio Ibarra se ha ganado el odio del actual gobierno con su más reciente serie: Ingobernable, protagonizada por Kate del Castillo, y el de otros más, al vincularse con Andrés Manuel López Obrador, sobre quien ha hecho una película.
Dice que todo este cóctel ideológico que lo rodea tiene su origen en la guerra de El Salvador donde comenzó su militancia de izquierda.
“Maldito sea (el expresidente) Felipe Calderón, quien por megalomanía se vistió de general y enarboló una bandera manchada con sangre de otros. Desde sus oficinas blindadas mandó matar y morir a los jóvenes de México. Debemos lograr la paz de inmediato, meter al ejército al cuartel y desandar la guerra. Hemos perdido una generación completa. México ha perdido una generación completa de jóvenes por la guerra contra el narco”, destacó.
En lo que respecta al proceso electoral solo se sabe que AMLO aspirará a la presidencia por el izquierdista Movimento de Regeneración Nacional (MORENA), que a pesar de los obstáculos le quita el sueño a Estados Unidos, por la posibilidad de lo que pudiera pasar lo impensable hasta ahora.
Aunque el presidente Peña Nieto ha propuesto a un neolberal más consumado, José Antonio Meade, como el candidato del PRI y de otros partidos que integran un frente que denominan falsamente de centrista y hasta de centroizquerda, la decisión final llegará en febrero. De todas maneras, la inseguridad y la corrupción lastran al aspirante.
Otro bloque, que encabeza el derechista Partido de Acción Nacional (PAN) y al que se ha sumado el de ”izquierda arrepentida” Partido de la Revolución Democrática (PRD), apoya al panista Ricardo Anaya, en tanto la candidata indígena Marichuy dice que la izquierda está muerta en México y posiblemente tendrá una labor de restarle votos a esta tendencia. 
El ex embajador de Estados Unidos en México, Tony Garza advirtió que si los políticos actuales no han tomado medidas para combatir la corrupción y la violencia, será muy difícil asustar a la gente con la posibilidad de que gane López Obrador.
“La gente dirá: ‘¿Me están diciendo ustedes que debo tenerle miedo a López Obrador, cuando ustedes no han hecho nada durante años?’ ”, añadió, para considerar que “el PAN fue el mayor ganador en las elecciones estaduales del 5 de junio del 2016, pero su líder, Ricardo Anaya, es poco conocido. En cambio, López Obrador es el candidato opositor más conocido del país, y es el que tiene más probabilidades de beneficiarse del actual sentimiento anti-sistema”, aumentado con las acciones antimexicanas del presidente norteamericano, Donald Trump.
Por otra parte, si alguna duda hubiese de las intenciones del gobierno encabezado por Peña Nieto, basta ver las declaraciones que hizo en la XXII Asamblea Nacional del PRI. No le pareció suficiente con asumir el papel de jefe de campaña de su partido, enderezó una serie de diatribas contra el dirigente nacional de MORENA y cerró su discurso, planteando que no se permitiría un cambio de rumbo económico y político en el país, y fue más lejos al decir: “Cuando gana el PRI, gana México”, frase que reiteró al término de su discurso como si fuera un nuevo eslogan de campaña.
Así las cosas, se debe discutir cómo derrotar al fraude electoral antes de que este se realice y se materialice en las elecciones presidenciales de julio. No es un problema de voluntad, sino de construcción de un movimiento popular lo suficientemente poderoso para lograr imponer el respeto al voto de la ciudadanía.
Subrayo: solo una movilización popular de envergadura, sostenida contra viento y marea, pudiera hacer valer el voto ciudadano. (Cubasi, 25/01/18).

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