Inician
las novenas a la Virgen de Guadalupe
Este lunes iniciaron las novenas a Santa María en su advocación de Nuestra
Señora de Guadalupe, devoción que ya empieza a desbordarse por las carreteras
de todo el país y de Quintana Roo, al vislumbrarse grandes multitudes de
peregrinos y de antorchistas en cumplimiento de alguna manda o compromiso que
hicieron a la Morenita del Tepeyac.
Manifestación
de fe que culminará el 12 de diciembre, donde la grey católica celebrará esta
gran fiesta en todas las parroquias, capillas y santuarios en especial los que
están dedicados a Nuestra Señora de Guadalupe, tal es el caso del Santuario
guadalupano ubicado en el crucero de esta ciudad de Cancún, Quintana Roo, donde
se reúne la comunidad a cantar a la Emperatriz de América y Patrona de México,
que dejó su imagen estampada en la sencilla tilma de San Juan Diego como señal del Amor de Dios para
los creyentes y hasta no creyentes e incluso de otras denominaciones
religiosas.
Cercanos
a esta gran solemnidad mariana dejamos una Novena para pedir la intercesión de
la Virgen María ante Dios:
En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
"Señor
mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y redentor mío, por ser vos
quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su tiempo y ofrezco cuanto
hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío por vuestra bondad y
misericordia infinita, que me perdonaréis y me daréis gracia para nunca más
pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora la Virgen de
Guadalupe. Amén".
Primer Día
"¡Oh
Santísima Señora de Guadalupe! Esa corona con que ciñes tus sagradas sienes
publica que eres Reina del Universo. Lo eres, Señora, pues como Hija, como
Madre y como Esposa del Altísimo tienes absoluto poder y justísimo derecho
sobre todas las criaturas.
Siendo
esto así, yo también soy tuyo; también pertenezco a ti por mil títulos; pero no
me contento con ser tuyo por tan alta jurisdicción que tienes sobre todos;
quiero ser tuyo por otro título más, esto es, por elección de mi voluntad.
Ved
que, aquí postrado delante del trono de tu Majestad, te elijo por mi Reina y mi
Señora, y con este motivo quiero doblar el señorío y dominio que tienes sobre
mí; quiero depender de ti y quiero que los designios que tiene de mí la
Providencia divina, pasen por tus manos.
Dispón
de mí como te agrade; los sucesos y lances de mi vida quiero que todos corran
por tu cuenta. Confío en tu benignidad, que todos se enderezarán al bien de mi
alma y honra y gloria de aquel Señor que tanto complace al mundo. Amén.
Se
dicen las intenciones de la novena y se reza un Padrenuestro, un Ave María y un
Gloria.
Oración de San
Juan Pablo II a la Virgen de Guadalupe
¡Oh
Virgen Inmaculada
Madre
del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!
Tú,
que desde este lugar manifiestas
tu
clemencia y tu compasión
a
todos los que solicitan tu amparo;
escucha
la oración que con filial confianza te dirigimos,
y
preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre
de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso,
a
ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores,
te
consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.
Te
consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos,
nuestras
alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da
la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos;
ya
que todo lo que tenemos y somos lo ponernos bajo tu cuidado,
Señora
y Madre nuestra.
Queremos
ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino
de
una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia:
no
nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen
de Guadalupe, Madre de las Américas,
te
pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos
de
intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.
Contempla
esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda
hambre
de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes
vocaciones
de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe
y
celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Concede
a nuestros hogares
la
gracia de amar y de respetar la vida que comienza.
Con
el mismo amor con el que concebiste en tu seno
la
vida del Hijo de Dios.
Virgen
Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias,
para
que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.
Esperanza
nuestra, míranos con compasión,
enséñanos
a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos
a
levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de nuestras culpas
y
pecados en el sacramento de la penitencia,
que
trae sosiego al alma.
Te
suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos
que
son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.
Así,
Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia,
con
nuestros corazones libres de mal y de odios,
podremos
llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz,
que
vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
que
con Dios Padre y con el Espíritu Santo,
vive
y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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