miércoles, 15 de abril de 2015

La Cumbre de Panamá,
sí fue un nuevo tipo de Cumbre

N. Mario Rizzo Martínez

LA HABANA.— La Séptima Cumbre de las Américas Panamá 2015 ha sido, sin duda alguna, un nuevo tipo de Cumbre. Las palabras iniciales del Presidente cubano, Raúl Castro Ruz, así lo confirmaron: “Ya era hora que yo hablara aquí a nombre de Cuba” para continuar comentando que le habían solicitado hacer un discurso de ocho minutos pero que “como me deben seis Cumbres de las que nos excluyeron, seis por ocho, cuarenta y ocho”. No tomó tanto tiempo pero su discurso tuvo que ser caracterizado por el Presidente Panameño como muy emotivo.
Luego de saludar a los presentes, agradecer la solidaridad de toda la América Latina y el Caribe que permitió la presencia de Cuba en estos eventos, recordar el sueño de Bolívar de “una gran Patria Americana”, hizo en síntesis la relación histórica de los EEUU y Cuba aún antes de que la isla se independizase de España, y también con el resto de América.

No faltó la solidaridad con Chile tras las graves inundaciones, donde por cierto ya se encuentra un grupo de médicos cubanos, así como con la Argentina que reclama su soberanía sobre las Malvinas y lucha contra los fondos buitres, el Ecuador con su Amazonía herida por las transnacionales, Venezuela incomprensiblemente declarada peligro para la seguridad nacional por los EEUU, Colombia luchando por la paz interna.
Luego vendría el tema de la normalización de relaciones con EEUU y en medio de su análisis calificó a Obama de “hombre honesto” al cual admira por “su origen humilde” que le hace pensar que a ello se debe “su forma de ser”. Tras todo esto aún dedicó tiempo a los temas que preocupan a toda la América Latina y el Caribe y a la necesidad de trabajar juntos para enfrentarlos.
Por sí sólo este discurso, pronunciado tras el del propio presidente Barak Obama, sin dudas una buena pieza oratoria también, hubiesen servido para confirmar que la VII de Panamá era un nuevo tipo de Cumbre. Pero hubo más, mucho más.
Obama habló por teléfono con Castro a poco de llegar a Panamá, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, sostuvo entrevista con el Secretario de Estado Kerry, ambos Presidentes se dieron la mano antes de iniciarse el maratón de discursos, y por último hubo una entrevista de más de media hora entre ambos líderes. De hecho una verdadera ofensiva diplomática que acaparó la atención de los presentes y de los medios.
Obama encontró oportunidad también para entrevistarse con Maduro, parecía como sí los tiempos del garrote y la zanahoria hubiesen quedado atrás, sustituidos por algo diferente que sin dudas responde a los nuevos tiempos que vive la región.
No es que no hubo intentos de enrarecer el ambiente. Los organizadores de los eventos paralelos habían entregado credenciales de participación a oponentes al régimen cubano, pero desafortunadamente entre ellos había hasta personas vinculadas a hechos vandálicos y terroristas, y tal como podía esperarse hubo pequeños combates callejeros y la retirada de Cuba y Venezuela del Foro de la Sociedad Civil.
Tampoco hubo Declaración Final, la oposición intransigente de EEUU y Canadá a un 3% del documento lo impidió.
Funcionaron los foros de Empresarios, de Rectores Universitarios, y la llamada cumbre paralela o de los pueblos donde concurrieron movimientos sociales y obreros, estudiantiles, y de otros tipos, en la cual intervinieron algunos jefes de gobierno como Evo Morales y Correa.
También se realizó la llamada
Cumbre Paralela o de los Pueblos.
En la práctica funcionó lo que el Presidente de Ecuador ha propuesto para salvar a la OEA. Que América Latina y el Caribe debatan en la CELAC sus intereses y luego como bloque vayan a la OEA a confrontarlos con el norte desarrollado, EEUU y Canadá.
Los discursos de los mandatarios fueron desde posiciones fuertemente antiimperialistas hasta relativamente conciliadores, pero sin dudas se pudo apreciar un gran esfuerzo por fortalecer la unidad en busca de soluciones para los problemas migratorios, la droga, la reducción de la pobreza, la protección del medio ambiente, y todo aquello que aqueja a la América Latina y el Caribe.
Como siempre hubo foto oficial, encuentros bilaterales, conferencias de prensa, cenas ceremoniales, y hasta hubo algún presidente que se atrevió a visitar el barrio del  Chorrillo, donde hace casi 25 años hubo tantas bajas civiles cuando la intervención militar norteamericana, Maduro de Venezuela, a quien los pobladores le pidieron entregara a Obama una carta donde solicitan reparación histórica por  este hecho.
Sí, definitivamente fue un nuevo tipo de Cumbre, los tiempos por venir demostrarán hasta que punto los EEUU pueden avanzar en la aplicación de políticas que, ellos mismos lo reconocen, pueden ser tácticas más eficientes para conseguir los mismos objetivos estratégicos. También está por ver cómo influye todo esto en los rejuegos electorales norteamericanos; no olvidar que 2016 es año electoral y los demócratas harán todo lo posible por mantener a su partido en la Casa Blanca, aún cuando los republicanos controlen el Congreso.

Son nuevos tiempos, Obama quien dijo gustar del estudio de la historia apeló a los presentes a no estancarse en el pasado y darle oportunidad a esos nuevos tiempos. Todos los allí presentes han sido y continuarán siendo actores de estos cambios, y en buena medida de ellos depende continuar por un camino que puede ser el buen camino.

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