Paramédicos
de la Cruz Roja:
al rescate por amor al prójimo
Alejandra Villanueva
El
ulular de las sirenas suena a lo largo de la calle. Sortea el tráfico y algunos
autos le ceden el paso. Una vida puede depender de esos valiosos segundos entre
el tráfico de la ciudad.
La
mayoría de la gente reconoce la labor y el esfuerzo de los paramédicos por
salvar vidas; muchos niños los admiran e incluso sueñan con ser de grandes esos
rescatistas que han visto alguna vez en acción. Sin embargo, pocos reflexionan
sobre el alto altruismo de quienes ejercen esta profesión, sobre las carencias que
enfrentan en el día a día y con lo difícil que es obtener recursos para
financiar su noble labor.
La
colecta
anual de la Cruz Roja concluirá el 31 de marzo y en Cancún 300 voluntarios son
parte del equipo que tiene la meta de
recaudar dos millones de pesos, con el apoyo de la comunidad y de las
empresas privadas, con lo cual esta benemérita institución espera poder seguir
sirviendo a la comunidad, tanto en casos de emergencia como en servicios
médicos.
Los
paramédicos de la Cruz Roja
son héroes anónimos que realizan un trabajo riesgoso por amor al prójimo y a su
profesión, pero sin paga alguna en el caso de los voluntarios, o mal remunerados en el caso quienes forman parte del
equipo de rescatistas, situación muy similar a la que vive el Heroico Cuerpo de Bomberos de Cancún.
Juan Pavón, coordinador de socorro de la Cruz Roja. |
Juan
Pavón, coordinador de socorro de esta benemérita institución, afirma que el
servicio a la población se realiza prácticamente “por amor al arte”. En tres
turnos laboran 22 personas, muchos sin prestaciones ni un sueldo acorde a su noble
labor. Pero lo que no les hace falta son las ganas de salvar vidas.
El
coordinador de socorro de la Cruz Roja en Cancún destacó que la mayoría de
quienes integran los equipos de rescate son personas cuyas edades fluctúan
entre 23 y 33 años de edad. “Todos los integrantes del cuerpo de socorro
están entrenados, algunos con
conocimientos básicos, cosas sencillas; y otros con especialidades, cosas un
poco más complejas”.
Capacitación
constante
Todo
el que se incorpora al cuerpo de rescate tiene que pasar antes por nueve meses
de capacitación
para tener los conocimientos básicos, así como exámenes teóricos y prácticos.
De acuerdo a los conocimientos que van adquiriendo se van colocando en los
equipos de alguno de los tres niveles: básico,
intermedio o avanzado.
Juan
Pavón explicó que el primer nivel tiene conocimientos de primeros auxilios,
como la inmovilización de pacientes; en el segundo nivel están capacitados para
la atención por vías aéreas y suministrar medicamentos; mientras que el tercer
nivel comprende la capacitación para manejar medicamentos controlados,
electrocardiograma y hospitalización.
Sin
embargo el salario no va acorde a la importancia de salvar vidas. Un paramédico
percibe tres mil pesos quincenales, con prestaciones de ley y Seguro Social.
Pero también están los voluntariados, que no perciben sueldo alguno ni
prestaciones, pero que día a día con mucho entusiasmo abordan las unidades de
rescate para salvar vidas.
Subcentro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo (C4). |
Juan
Pavón agregó que la benemérita institución no trabaja sola: “nosotros
trabajamos en coordinación con el C4
(Subcentro de Control, Comando,
Comunicación y Cómputo), debido a que las llamadas al número de emergencia 066 son más frecuentes que al 065, que es la línea directa a la Cruz
Roja; ellos nos pasan el reporte con todos los datos de las personas a quienes
vamos a ayudar. En ocasiones no es necesaria nuestra presencia porque son
lesiones menores y se pueden mover por su propio pie”.
Ambulancias
privadas
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