viernes, 27 de marzo de 2015

Paramédicos de la Cruz Roja:
al rescate por amor al prójimo


Alejandra Villanueva

El ulular de las sirenas suena a lo largo de la calle. Sortea el tráfico y algunos autos le ceden el paso. Una vida puede depender de esos valiosos segundos entre el tráfico de la ciudad.
La mayoría de la gente reconoce la labor y el esfuerzo de los paramédicos por salvar vidas; muchos niños los admiran e incluso sueñan con ser de grandes esos rescatistas que han visto alguna vez en acción. Sin embargo, pocos reflexionan sobre el alto altruismo de quienes ejercen esta profesión, sobre las carencias que enfrentan en el día a día y con lo difícil que es obtener recursos para financiar su noble labor.

La colecta anual de la Cruz Roja concluirá el 31 de marzo y en Cancún 300 voluntarios son parte del equipo que tiene la meta de recaudar dos millones de pesos, con el apoyo de la comunidad y de las empresas privadas, con lo cual esta benemérita institución espera poder seguir sirviendo a la comunidad, tanto en casos de emergencia como en servicios médicos.
Los paramédicos de la Cruz Roja son héroes anónimos que realizan un trabajo riesgoso por amor al prójimo y a su profesión, pero sin paga alguna en el caso de los voluntarios, o mal remunerados en el caso quienes forman parte del equipo de rescatistas, situación muy similar a la que vive el Heroico Cuerpo de Bomberos de Cancún.
Juan Pavón, coordinador de
socorro de la Cruz Roja.
Juan Pavón, coordinador de socorro de esta benemérita institución, afirma que el servicio a la población se realiza prácticamente “por amor al arte”. En tres turnos laboran 22 personas, muchos sin prestaciones ni un sueldo acorde a su noble labor. Pero lo que no les hace falta son las ganas de salvar vidas.
El coordinador de socorro de la Cruz Roja en Cancún destacó que la mayoría de quienes integran los equipos de rescate son personas cuyas edades fluctúan entre 23 y 33 años de edad. “Todos los integrantes del cuerpo de socorro están  entrenados, algunos con conocimientos básicos, cosas sencillas; y otros con especialidades, cosas un poco más complejas”.

Capacitación constante

Todo el que se incorpora al cuerpo de rescate tiene que pasar antes por nueve meses de capacitación para tener los conocimientos básicos, así como exámenes teóricos y prácticos. De acuerdo a los conocimientos que van adquiriendo se van colocando en los equipos de alguno de los tres niveles: básico, intermedio o avanzado.
Juan Pavón explicó que el primer nivel tiene conocimientos de primeros auxilios, como la inmovilización de pacientes; en el segundo nivel están capacitados para la atención por vías aéreas y suministrar medicamentos; mientras que el tercer nivel comprende la capacitación para manejar medicamentos controlados, electrocardiograma y hospitalización.
Sin embargo el salario no va acorde a la importancia de salvar vidas. Un paramédico percibe tres mil pesos quincenales, con prestaciones de ley y Seguro Social. Pero también están los voluntariados, que no perciben sueldo alguno ni prestaciones, pero que día a día con mucho entusiasmo abordan las unidades de rescate para salvar vidas.
Subcentro de Control, Comando, Comunicación
y Cómputo (C4).
Juan Pavón agregó que la benemérita institución no trabaja sola: “nosotros trabajamos en coordinación con el C4 (Subcentro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo), debido a que las llamadas al número de emergencia 066 son más frecuentes que al 065, que es la línea directa a la Cruz Roja; ellos nos pasan el reporte con todos los datos de las personas a quienes vamos a ayudar. En ocasiones no es necesaria nuestra presencia porque son lesiones menores y se pueden mover por su propio pie”.

Ambulancias privadas

Héctor Contreras Prado, paramédico e integrante del cuerpo de rescate de ambulancias privadas, comentó que, al igual que en otras instituciones de auxilio, aquí también hay voluntarios que no perciben ni un peso su noble labor. “Hay compañeros que no tienen sueldo, sí tienen la capacitación adecuada, que dura de seis a siete meses, pero es admirable que después de sus labores o sus estudios se tomen el tiempo para venir a salvar vidas, el cual no es un trabajo nada fácil. Aquí ves de todo, desde una factura, un borracho golpeado, accidentados viales”.

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