viernes, 2 de noviembre de 2012

Crónica


Día de Muertos en Cancún

Texto y Fotos Víctor Galván


Segundo día de noviembre. Día de Muertos en México. El sol brilla en todo su esplendor, aunque la fresca brisa de otoño suaviza lo suficiente para hacerlo agradable. Una cubeta, unos trapos para limpiar, tierra para sembrar flores, una pequeña pala y vámonos al panteón.

El coche debe quedarse en el paradero de autobuses porque la calle de acceso a los panteones Jardines de Paz y el municipal Los Olivos está cerrada para evitar mayor caos, así que hay que caminar entre ríos de gente que a las 10 de la mañana va y viene entre puestos de comida: tacos de carnitas, de canasta, tamales, refrescos, aguas frescas, pan de muerto, papas fritas, papas a la francesa; y de flores, muchas flores de todos colores y formas: rosas, margaritas, gladiolas, cempasúchil. Hasta una funeraria ofrece sus servicios, por si acaso alguien desea prevenir su futuro, y para los que no han sido previsores, hay servicio de baño público a 4 pesos.


Entre olores de flores e incienso se llega a Los Olivos. A la entrada elementos de Protección Civil se encuentran listos para cualquier eventualidad. Frente a la capilla un mariachi está listo para comenzar a tocar y hacer agradable la jornada de los deudos que llegan a visitar a sus seres queridos. Otros grupos de músicos recorren los pasillos del panteón, algunos van en dúo, trío, o grupos más grandes; hay norteños con todo y acordeón, y trovadores solitarios; ofrecen tocar las canciones que le gustaban al difunto.


En el pasillo, una llave de agua apenas ofrece un chisguete a las pacientes personas que formadas esperan llenar sus cubetas. Elementos de policía recorren los pasillos, limpios de maleza estos días, a diferencia de la mayoría del resto del año. Pero aunque la limpieza es notoria, no todos los difuntos tienen la fortuna de que sus familias los vayan a visitar, eso se nota en algunos pasillos vacíos; algunas tumbas lucen abandonadas, deterioradas, hay otras que están desfondadas, vacías. Pero hay muchos familiares que recuerdan con cariño a sus difuntos y se esmeran en limpiar sus tumbas, las remozan, las pintan, les colocan flores y veladoras, rezan plegarias y a los más afortunados hasta música les toca.
No podían faltar tampoco los medios de comunicación: reporteros, fotógrafos y camarógrafos que acudieron a hacer entrevistas, a tomar nota para redactar la crónica que no puede faltar el Día de Muertos en los periódicos y noticiarios de radio y televisión.

La salida es similar a la entrada, entre una muchedumbre que avanza a paso lento por la calle, rumbo al coche donde los “viene viene” con franela en mano hacen su labor esperando recibir unas monedas, pues ellos al igual que los muchos comerciantes instalados saben que el Día de Muertos es de altas ventas, y eso hay que aprovecharlo en medio de la crisis de empleo y de ingresos que también se resiente en Cancún.
Comentarios: jon64_vic@hotmail.com

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