El Buen Fin en Cancún:
Culto al
consumismo
Víctor Galván
Dista mucho de ser comparado aún con el
tradicional “Black Friday” que año
con año se lleva a cabo en Estados Unidos y que, tras la celebración del Día de
Acción de Gracias, marca el inicio de la temporada de compras navideñas, con
súper rebajas que hacen que los compradores acampen a la entrada de los centros
comerciales, que irrumpan en estampida a las tiendas o que literalmente se
arrebaten los productos de mayor demanda; pero como bien dicen, El Buen Fin llegó para quedarse en México,
así que deberemos acostumbrarnos a convivir con este nuevo sistema de compras creado
para mover la economía y al sector productivo nacional.
Y si bien dista mucho de ser como el “Viernes Negro”
norteamericano, la publicidad anticipada de este programa a través de todos los
medios de comunicación posibles: radio, televisión, periódicos, revistas, Internet, redes sociales, rindió frutos y provocó que millones de personas en todo el país
salieran a comprar y aprovechar las ofertas que este año se llevaron a cabo
durante cuatro largos días, del 16 al 19 de noviembre, aprovechando el puente
de la celebración de la Revolución Mexicana.
Y aunque las clases media hacia arriba
fueron las que más consumieron, el Buen Fin alcanzó prácticamente a todas las
esferas sociales, pues lo mismo pudo verse a gente comprando en prestigiadas y
exclusivas tiendas departamentales, que en zonas comerciales populares como el
Crucero. En total, más de tres mil
empresas participaron en toda la entidad, de acuerdo al delegado de la
Secretaría de Economía (SE) en Quintana Roo, José Julio Aranda Manzanero.
Familias completas aprovecharon los días
de asueto en el trabajo y en las escuelas. Padres de familia con sus hijos
recorrieron tienda tras tienda buscando las mejores ofertas y productos. Las
principales plazas comerciales y la
zona del Crucero fueron los puntos que más aprovecharon los cancunenses para
adquirir todo tipo de productos, desde celulares, adornos y regalos para
Navidad, hasta electrónicos pasando por la línea blanca, y las amas de casa
fueron las que más entusiasmo mostraron a la hora de buscar ofertas.
Las zonas de comida rápida fueron como un
oasis en medio de las arduas jornadas de compras, áreas de abastecimiento antes
de proseguir con la incansable búsqueda en los aparadores iluminados con las
más llamativas luces y grandes carteles que anunciaban ofertas de 20, 30 y en
algunos casos hasta de 50 por ciento de descuento, claro, dependiendo del
artículo. De esta forma, las tiendas y los empleados facilitaron la labor de
búsqueda, pues con música alegre y a todo volumen como fondo, los vendedores
buscaban “enganchar” al mayor número de clientes potenciales posibles, obvio,
con el fin de ganarse la ansiada comisión, que para ellos fue como un bálsamo
en esta temporada baja.
Días de caos
Si bien para muchos comercios estos
cuatro días significaron un alivio económico, también fueron jornadas de caos,
sobre todo en las plazas comerciales, donde desde temprana hora se formaron largas
filas de automóviles tratando de ingresar a los estacionamientos. Esta
situación se vivió particularmente en Plaza
Las Américas, que pese a contar con el más amplio estacionamiento en toda
la ciudad, resultó insuficiente para los miles de ávidos compradores que la abarrotaron.
Abrirse paso en los pasillos fue cuestión de paciencia, había que ir paso a
paso para recorrer los locales y también a la hora de pagar, pues se observaron
colas enormes en las tiendas departamentales.
Bonanza dispareja
Y aunque en general la mayoría de los
comercios registraron altas ventas y los sitios más visitados fueron plazas
como Las Américas, La Gran Plaza, Las Tiendas, la zona comercial del Crucero,
tiendas departamentales y supermercados como Wal-Mart, Comercial Mexicana,
Soriana, Chedraui, Aurrerá, principalmente para la compra de ropa, bisutería, calzado,
productos electrónicos como televisiones con pantallas LCD, laptops, consolas
de videojuegos, tablets, artículos de línea blanca como lavadoras y estufas, no
todos pudieron presumir de grandes beneficios, como los llamados “cerillos”,
quienes lamentaron que en esta ocasión tuvieron menos actividad y ganancias incluso
que en días de quincena, y se conformaron con ver cómo muchos compradores
salían de las tiendas con los carritos repletos, pero de artículos que no
necesitaban ser empacados.
Un
sector que tampoco tuvo cuentas alegres fue el restaurantero, que registró
bajas ventas pese a que también aplicó descuentos, como lo indicó la presidenta
de la
Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados
(Canirac) en Cancún, Gabriela Delgado Tiempo, quien afirmó que las expectativas
estuvieron un 15 por ciento por debajo de lo habitual en días de fin de semana
normales o de quincena, ya que la gente le dio prioridad a comprar otro tipo de
productos; y aseguró que aunque muchos seguramente salieron con cara de
satisfacción de los establecimientos comerciales, lo que les espera en los
próximos meses no será igual de satisfactorio, pues deberán pagar las deudas adquiridas
en las “promociones” que ofrecieron muchos de los negocios a plazos mediante el
uso de tarjetas de crédito.
Sin embargo a nivel nacional la Confederación de
Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servitur), dio a
conocer que "El Buen Fin" rebasó la meta de 140 mil millones de pesos
en ventas adicionales a un fin de semana tradicional y que este año se lograron
ventas superiores al 40% de lo alcanzado en 2011 e incluso en algunas ciudades
la cifra alcanzó hasta 300%, siendo beneficiados además del comercio, los
servicios y el turismo; otros giros, como viajes de crucero con tarifas
preferenciales; boletos al tres por dos en espectáculos, cines y teatros;
descuentos en televisión por cable, entre otros muchos.
Pese a todas estas cifras
optimistas, la principal meta para las próximas ediciones de El Buen Fin deberá
ser orientar a la gente a que planifique y compre los productos que realmente
necesite y no dejarse llevar por “espectaculares” descuentos y ofertas que
pueden resultar engañosas, pues El Buen Fin debe mover la economía de una forma
razonable, no impulsiva.
Comentarios: jon64_vic@hotmail.com
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