sábado, 11 de febrero de 2012

El difícil camino de un trovador urbano




Por Víctor Galván



Para los artistas independientes es difícil abrirse camino para difundir su obra en Cancún, sobre todo cuando están iniciando su labor creativa, pero sí existen espacios donde se les da la oportunidad, sólo es cuestión de buscarlos y tocar puertas, afirmó Edward Pérez, trovador urbano.

Entre esos sitios, agregó, se encuentran el Parque Luum Pakul, el Balajú, El Pabilo, ubicados en las inmediaciones del parque de Las Palapas. Sin embargo, el entrevistado aclaró que se ha enfrentado a la falta de apoyos por parte de las instituciones culturales de gobierno, o a autoridades que han querido condicionar su apoyo a cambio de su participación en eventos de candidatos en tiempos electorales, “una vez me dijeron: si quieres yo te doy sillas, te doy carpas, te doy un buen equipo de sonido, pero cuando sean mis campañas tú vas a cantar para mí y me vas a hacer promoción a mí”. Por eso, afirma, no quiere nada “ni con la Iglesia ni con el gobierno” y por ello decidió ser “rebeldón”.

Otro problema que enfrentan los artistas que trabajan por su cuenta es que muchas veces no tienen el reconocimiento del público, que los ve con cierto recelo por su forma de vestir o de pensar, como sucedió hace algunos años cuando un grupo se organizó para presentar un espectáculo de poesía y música en el Parque del Bohemio, cercano a Las Palapas, donde los vecinos se molestaban porque no les parecía que en esa zona de la ciudad se presentaran jóvenes que manifestaban a través de su canto y su música, rebeldía hacia normas establecidas en la sociedad, y aunque contaban con el apoyo de las autoridades para presentarse, ante el rechazo de la gente optaron por cancelar sus presentaciones.
Otra experiencia que tuvo fue en la Casa de la Cultura, donde comenzó a frecuentar el Foro al Aire Libre que se organizaba los martes a las 8 de la noche, sin embargo, dice, “en ocasiones no respetaban los espacios, cerraban el salón o lo utilizaban de bodega” y llegó un momento en que el grupo tuvo que optar por salirse de ese lugar.
También en el Parque del Crucero, ubicado en el cruce de las avenidas Tulum y José López Portillo, hace unos tres años se organizaron diversas actividades culturales, como funciones de cine, sala de lectura, y donde él se presentó en el kiosco con su música. Pero este espacio también se cerró a los artistas independientes cuando durante el gobierno municipal de Gregorio Sánchez se reubicó a los vendedores ambulantes, quienes participaban en la organización de estos eventos.
Por todo ello, Edward Pérez ahora ya no cree en el apoyo de las instituciones y de las autoridades municipales y prefiere abrirse camino por cuenta propia.
Edward se autodefine como “músico rupestre” y cantante urbano, por el tipo de canto que promueve, con temas donde da a conocer vivencias ajenas, alegrías, engaños, amoríos, lo que siente y vive la gente en su vida cotidiana, lo cual combina con dosis de sarcasmo y humor.
Sobre sus inicios el joven trovador de 35 años cuenta que comenzó a tocar y a componer letras desde los 11 años. Sus primeras influencias fueron los tríos y La Rondalla de Saltillo, y más adelante definió su canto cuando conoció a Facundo Cabral y a Fernando Delgadillo, de quien dice cuenta con su amistad y quien le aconsejó que cantara y grabara sus propias “rolas”  y no lo de otros, para de esta forma dar a conocer sus creaciones.
A tres meses de haber regresado a Cancún tiene planes de buscar nuevamente espacios para seguir cantando y ampliar su casa para montar un pequeño estudio de grabación y seguir siendo independiente, porque de esa forma, afirma, tiene la libertad de tocar lo que quiera y donde quiera.

Para ver video de semblanza de Edward Pérez da click aquí:
http://youtu.be/D-Fsz4ftPyQ

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