Portomorelenses
pasan de mal
a peor como nuevo municipio
Texto y fotos
Konaté Hernández
Konaté Hernández
Los
portomorelenses han experimentado en tan solo 12 días el júbilo de convertirse
en un nuevo municipio y ahora, tras la embriaguez inicial llegó de golpe la
resaca, en la que el despertar muestra la cruda realidad con carencias visibles,
como calles en pésimo estado y la recoja de basura prácticamente inexistente.
Si
con Paul Carrillo se sentían
abandonados a su suerte por la falta de atención de las autoridades de Benito Juárez, ahora que ha tomado las
riendas el Concejo
Municipal de Puerto Morelos, con Leonel Medina Mendoza
a la cabeza, la sensación sigue siendo la misma, pero con un sabor más amargo
porque ahora son un municipio nuevo, el cual fue creado bajo mucha polémica por
la delimitación territorial, continuó con la designación de los integrantes del
Concejo y sigue con la prevalencia de deficiencias en los servicios públicos,
lo que tiene a la población exasperada y molesta.
Y
es que lejos de preocuparse tanto las autoridades municipales como quienes
aspiran a un cargo por elección popular, tal parece que lo que más les importa es
saciar sus apetitos personales por sobre los intereses de la comunidad.
Vecinos
de Puerto Morelos señalaron que entre sus principales problemas se encuentra la
recoja de la basura, pues si bien es cierto cuando pertenecían a Benito Juárez
no era tan oportuna, ahora ha salido peor este servicio, ya que los escasos camiones
recolectores no se dan abasto, ocasionando que los tambos donde la gente
deposita sus desechos estén a punto de rebozar, con el riesgo de que la fauna
callejera destroce las bolsas y tiren el contenido, lo que podría convertirse
en un grave riesgo para la salud de los habitantes.
A
este problema hay que sumarle los encharcamientos de calles y avenidas, que las
convierte en intransitables para vehículos de todo tipo, pesados, ligeros y para
los peatones, que se ven en la necesidad de caminar expuestos al riesgo de
conductores irresponsables; y por si fuera poco está la falta de alumbrado
público, lo que hace peligroso transitar durante la noche y ponerse a merced de
los vándalos.
Por
todo ello los portomorelenses manifiestan un tempranero hartazgo hacia sus
autoridades municipales, pues aunque apenas llevan doce días de vida
independiente, todo continúa igual. Los habitantes del puerto cuestionan a los
principales actores de la vida política, a quienes al parecer sólo les preocupa
el saqueo de los recursos destinados a obra pública y por ello sólo esperan el
momento en el que la actual administración termine su gestión para elegir a otros
gobernantes, quienes deberán ser fiscalizadas por todos los ciudadanos para evitar
la desaparición indiscriminada de recursos y que sean utilizados para lo que
realmente fueron etiquetados.
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