Obispo
Pedro Pablo Elizondo, cómplice
de la depredación ambiental
Contradiciendo
lo indicado por el Sumo Pontífice en la encíclica Laudato Si (Alabado Sea),
publicada el año pasado, en la cual se exhorta a la humanidad al cuidado a la
naturaleza, el obispo de la prelatura Cancún-Chetumal, Pedro Pablo ElizondoCárdenas, continúa con su ambicioso plan de construir “su” Basílica Santa María
del Mar en el Malecón Tajamar de Cancún, sin importar la devastación perpetrada
en la zona.
Esta
obra se encuentra actualmente inconclusa por la falta del permiso de la
Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que otorga por la Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales (Semanart), ante lo cual la prelatura interpuso
un amparo para poder construir a falta de dicho documento.
Al
parecer al prelado quintanarroense poco le interesa el cuidado y respeto al
medio ambiente, menos la situación de extrema pobreza de la mayor parte de la
población en Quintana Roo, por lo que para muchos católicos resulta intolerante
tener un pastor preocupado por obtener terrenos a costa de la depredación del
entorno.

Asimismo
destacó que como Pastor de la Iglesia Católica debe de dar un claro testimonio de
que “el Reino de Cristo no es de este mundo” y demostrar que “la verdadera
devoción a la Madre de Jesús es cuidar de los enfermos con amor, tal como ella
lo hizo con su prima Isabel antes y después del parto de San Juan Bautista”.
“Es
necesario volver a la simplicidad del estilo de Jesús de Nazaret que es la
Misericordia, cuya expresión en la actualidad sería ser ´buena onda´, por tal
motivo es necesario estar en sintonía con la creación, atender a los niños y
dar testimonio de la bondad de Cristo como el Buen Pastor”, destacó Pérez
Guajardo.
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