jueves, 21 de enero de 2016

Obispo Pedro Pablo Elizondo, cómplice
de la depredación ambiental
  
Contradiciendo lo indicado por el Sumo Pontífice en la encíclica Laudato Si (Alabado Sea), publicada el año pasado, en la cual se exhorta a la humanidad al cuidado a la naturaleza, el obispo de la prelatura Cancún-Chetumal, Pedro Pablo ElizondoCárdenas, continúa con su ambicioso plan de construir “su” Basílica Santa María del Mar en el Malecón Tajamar de Cancún, sin importar la devastación perpetrada en la zona.

Esta obra se encuentra actualmente inconclusa por la falta del permiso de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que otorga por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semanart), ante lo cual la prelatura interpuso un amparo para poder construir a falta de dicho documento.
Al parecer al prelado quintanarroense poco le interesa el cuidado y respeto al medio ambiente, menos la situación de extrema pobreza de la mayor parte de la población en Quintana Roo, por lo que para muchos católicos resulta intolerante tener un pastor preocupado por obtener terrenos a costa de la depredación del entorno.
Ante esta situación el presbítero de Playa del Carmen, Pablo Pérez Guajardo, quien actualmente se encuentra suspendido para ejercer el sacerdocio por el mismo Elizondo Cárdenas por ser crítico hacia la misma orden a la que pertenece (Legionarios de Cristo), exige al prelado reconsidere el proyecto de la “gran Basílica en Malecón Tajamar” por razones de pobreza evangélica y por respeto al entorno natural, para de esta manera solidarizarse con la población en extrema pobreza tanto de Cancún como de la Zona Maya, por lo que propuso que los cuantiosos recursos que se aplicarán para dicha construcción sean destinados a una obra que beneficie a los desfavorecidos, como podría ser un hospital de pediatría.
Asimismo destacó que como Pastor de la Iglesia Católica debe de dar un claro testimonio de que “el Reino de Cristo no es de este mundo” y demostrar que “la verdadera devoción a la Madre de Jesús es cuidar de los enfermos con amor, tal como ella lo hizo con su prima Isabel antes y después del parto de San Juan Bautista”.
“Es necesario volver a la simplicidad del estilo de Jesús de Nazaret que es la Misericordia, cuya expresión en la actualidad sería ser ´buena onda´, por tal motivo es necesario estar en sintonía con la creación, atender a los niños y dar testimonio de la bondad de Cristo como el Buen Pastor”, destacó Pérez Guajardo.

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