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Seminario Mayor de Cancún,

monumento a la impunidad sacerdotal

Un monumento a la impunidad sacerdotal se considera el Seminario Mayor de Cancún, el cual tendrá un costo de más de 55 millones de pesos y que empezó a construirse tras haberse colocado la primera piedra el pasado 2 de junio.

Dicha impunidad es porque los niños y jóvenes que tengan la vocación al sacerdocio no tendrán la seguridad de proteger su integridad física, según aseguraron fieles laicos que apoyan en las actividades eclesiales, cuyos hijos, aún menores de edad, se dedican a las labores de acolitado en las diversas parroquias y capillas de la entidad.

Un caso concreto es el de la Catedral Santísima Trinidad ubicada en esta ciudad, donde dos niños de 12 años intentaron ser abusados por unos jóvenes de entre 16 y 17 años, los cuales incitaban a los menores a ir a los baños para tocarles sus partes íntimas. Ante esto los menores se lo reportaron a sus padres, quienes se lo hicieron saber al canciller de la prelatura, Luis Octavio Jacobo Cortés, mismo que hizo caso omiso al reclamo, argumentando que se trataba de “cosas de niños”, comentaron algunos padres enojados ante tal respuesta y que tienen hijos con la vocación al sacerdocio.

Asimismo destacaron su malestar debido a que los adolescentes con inclinaciones de pederastia ya se fueron a estudiar al Seminario Menor en Chetumal, para luego concluir sus estudios en el Seminario Mayor, con el aval de sacerdotes con esas mismas inclinaciones.

Y es que, comentaron, con esos antecedentes inapropiados no pueden ejercer el ministerio sacerdotal, donde se deben a las virtudes evangélicas que tanto predicó Jesucristo, tales como pobreza, castidad y obediencia.

Ante tal situación se le cuestionó a monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, en entrevista durante la colocación de la primera piedra, de qué garantía tienen los seminaristas menores y mayores de salvaguardar su integridad física en contra de los abusos de sacerdotes pederastas durante sus estudios vocacionales en el Seminario Mayor, cuya construcción tendrá un costo mayor a los 55 millones de pesos, o si sólo se levantará un monumento a la impunidad sacerdotal. Ante tal pregunta el prelado quintanarroense guardó silencio, con lo que deja en entredicho que su seminario sólo será para levantar su ego y para enaltecer su yo.

Por tal motivo, se argumenta que mientras no haya quien garantice la integridad física de los menores durante sus estudios en ambos seminarios, el Menor en Chetumal y el Mayor en Cancún, no habrá jóvenes que quieran o deseen dedicarse a la vida consagrada, al menos que dichos jóvenes tengan aptitudes pederastas, lo cual es una lástima porque realmente se necesita de las vocaciones sacerdotales, y desde luego de un Seminario Mayor en nuestra entidad, para poder elevar la prelatura a Diócesis, de lo contrario Quintana Roo seguirá siendo el lugar donde se ocultan sacerdotes que han tenido problemas de pedofilia en otras partes de país y del mundo, tal es el caso del presbítero Luis Alberto Chavarría, quien recientemente fuera exonerado de toda culpabilidad, en agravio de los jóvenes de quienes abusó durante el tiempo que estuvo como párroco en la iglesia de la zona hotelera, Cristo Resucitado, toda vez que hay indicios de sus abusos a menores.

¿O es que acaso el pederasta Marcial Maciel ya obró su primer milagro al salir exonerado Luis Alberto Chavarría de toda culpabilidad imputada en su contra?, se cuestionan los padres inconformes de los menores.