sábado, 26 de octubre de 2013


Me duele mi sociedad

Eduardo Lara Peniche

Hoy la sociedad mundial pasa por momentos muy difíciles, en muchos países del orbe existen protestas sociales, producto de reformas legales que tienden a explotar aún más a la humanidad, protestas sociales donde hermanos lastiman, ofenden y humillan a sus hermanos, privilegiando la ambición de unos cuantos por sobre la dignidad del ser humano.
Me duele mi sociedad nacional, la cual, después de poco más de cien años, se ha tenido que armar de valor para protestar ante los abusos del gran capital, de la gran corrupción que impera en el gobierno, de la irracional represión que los gobernantes ejercen contra el pueblo que exige sus derechos a vivir con dignidad, exige poder vivir en condiciones que garanticen un trabajo que nos permita satisfacer nuestras necesidades de alimentación, salud, educación y recreación, que pide, en forma desesperada, se frenen las agresiones a su propiedad e integridad física, que la gran corrupción en el gobierno fomenta por medio de la impunidad.

Me duele mi sociedad quintanarroense, dividida por intereses aviesos que promueven el encono entre hermanos, me duele la actitud que mis hermanos han tomado contra quienes intentan cumplir con su responsabilidad social, combatiendo la ignorancia que nos hace presa de los ambiciosos y fementidos; en su mayor parte políticos, que lucran y viven con lujos que no merecen, me duelen mis hermanos policías; quienes por la necesidad de poder sobrevivir en un mundo de injusticias, rentan su fuerza física para golpear, lastimar y humillar a sus semejantes, apoyando esas injusticias contra las que sueñan eliminar; me duelen todos aquellos quienes ávidos de lograr alcanzar una vida digna, venden su conciencia traicionando a sus hermanos y familia, me duelen los políticos; quienes subidos en una nube de fantasía, desprecian la vida humana y se atreven a dar órdenes para aniquilar a los ciudadanos que con su fuerza de trabajo pagan impuestos para que ellos vivan con excesos ofensivos para un pueblo con hambre.
Me duele mi sociedad plagada de abusos, corrupción, ignorancia, ambición y traición, que sólo promueve odio, rencor y sentimientos de venganza, entre el pueblo y los gobernantes.
Me duele la ignorancia de mi pueblo; engañado por el gran capital, que se deja llevar por la publicidad que en los grandes medios de comunicación promueve para dividirnos y hacernos presa fácil de sus maquiavélicos proyectos de depredación a la naturaleza y la sociedad, en busca de más riqueza; la cual no alcanzarán a gastar en su vida terrenal.
Me duelen mis hermanas y hermanos; quienes por la gran necesidad económica por la que atraviesan, se prestaron a servir de promotores electorales para que un partido político se apodere del estado y como pago recibieron el despido de sus fuentes laborales y con ello la sentencia a vivir en la miseria.
Me duelen todos mis hermanos y hermanas; quienes de buena fe, apoyaron a los candidatos a puestos de elección y hoy son despreciados e ignorados por esos mismos que hace unos cuantos meses les ofrecían maravillas y a cambio les golpean en lo más sagrado que es el bienestar de nuestros hijos.
Me duele el desprecio a la vida que los políticos demuestran al aprobar leyes injustas que sólo benefician a los más poderosos y perjudican a los más necesitados; por medio de las cuales el pueblo tiene sentencia de muerta por la falta de alimentación y servicios de salud suficientes.
Me duele la impotencia de poder hacer entender a los gobernantes que su obligación es velar por el bienestar del pueblo y recibir como respuesta su total indiferencia y represión brutal. Me duele la manipulación que desde los medios se realiza; para que el pueblo se enfrente entre sí y con ello se oculten las verdaderas razones del estado en que vivimos quienes soñamos con una vida justa, libre y digna.
Me duele Quintana Roo, México y el Mundo.
ES CUANTO
Críticas y sugerencias, se reciben en larapeniche@hotmail.com

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