Abstencionismo,
el reto a
vencer en las elecciones
El
proceso electoral en Quintana Roo ha iniciado con pasos lentos, con poco
interés hasta ahora por parte de los ciudadanos, debido a que los candidatos no
han despertado el interés suficiente en la ciudadanía, que permanece apática al
desarrollo de las campañas políticas, y aunque se espera que al sumarse los
candidatos a presidentes municipales y diputados la contienda suba de
intensidad. Aún así, el abstencionismo podría ser superior al de hace tres años.
Una
clara muestra de lo anterior han sido las imposiciones arbitrarias de las cúpulas
partidistas, de los aspirantes sin consultar a las bases, o a la asamblea en el
caso de partidos como Acción Nacional y de la Revolución Democrática, cuyas
instituciones siempre han realizado aunque de manera imperfecta sus prácticas
democráticas, mismas que siempre terminan en jolgorios
Los
partidos políticos, sobre todo los de oposición, se encuentran desacreditados
ante un electorado cada vez más exigente pero incapaz de participar y hacer
valer sus derechos y obligaciones en las urnas, situación debida a la falta de
formación de cuadros, es decir a la falta de capacitación de sus miembros, tal
es el caso de Acción Nacional que entre sus estatutos establece en su artículo
11 inciso f, que todos los miembros deberán de acceder a la formación y capacitación
necesaria y continua para el cumplimiento de sus deberes como militante del
Partido, mientras que el inciso e de este mismo artículo determina que
quienes soliciten por escrito podrán ser
aspirantes, precandidatos y candidatos para los cargos de elección popular o a
la dirección de la misma institución.
Debido
a lo anterior y como sucedió en la última jornada electoral de Quintana Roo, en
2013, cuando se eligieron 10 presidencias municipales y 15 diputaciones por
mayoría, el gran triunfador fue el abstencionismo, con cifras entre un 66 y 68
por ciento, la cual podría ser superada con un electorado renuente a ser más
participativo en la toma de decisiones, situación que se ha vivido en los
últimos procesos electorales, producto del mal manejo de las autoridades
electorales para incentivar una mayor participación de la ciudadanía, aunado a la
falta de liderazgo de los candidatos a los cargos de elección, así como las
imposiciones cupulares. Por tal motivo las presentes elecciones locales a desarrollarse
el 5 de junio podrían ser las más cuestionadas en la historia de la entidad, precisamente
por la falta de participación.
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