Miércoles
de ceniza marca
el inicio de la cuaresma
Konaté Hernández
Este miércoles 10 de febrero es día de ayuno y
abstinencia, por lo que la grey católica acudirá a la Iglesia para recibir la
ceniza en la frente, en recordatorio que el ser humano ha de retornar al polvo
del cual fue tomado.
En este sentido el párroco José Antonio Blanco
Ortega de la Iglesia de Cristo Rey, ubicada a un costado del Parque de las
Palapas, indicó que a partir de las 7 de la mañana y hasta la una de la tarde habrá
misas para la imposición de ceniza, cada hora de manera consecutiva;
posteriormente habrá un receso y continuarán a partir de las 4 de la tarde
hasta las 9 de la noche, con la finalidad de evitar las aglomeraciones.
En este día, que marca el inicio de la cuaresma, se
debe de guardar el ayuno y la abstinencia por lo que la gente sólo debe hacer
una comida fuerte al día, recordando no comer carnes rojas y blancas como el
pollo, que también es carne.
Origen de la cuaresma
La imposición de ceniza nos recuerda que nuestra
vida en la tierra es pasajera, y que nuestra vida definitiva se encuentra en la
Presencia del Señor. La Cuaresma empieza con el miércoles de ceniza y es un
tiempo de oración, penitencia y ayuno y son 40 días que marca la Iglesia para
la conversión del corazón. Las palabras que se utilizan para la imposición de
ceniza son: “Concédenos Señor el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y
de la muerte a la vida”, “Recuerda que polvo eres y en polvo te
convertirás" o “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.
El origen de esta costumbre antigua recuerda que los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.
El origen de esta costumbre antigua recuerda que los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.
Padre José Antonio Blanco, párroco de la iglesia Cristo Rey. |
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido
penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma
acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
La ceniza que se utiliza se obtiene al quemar las
palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior. Esto nos recuerda que lo
que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.
La imposición de ceniza es una costumbre que nos
recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en
polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio,
todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad.
Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por
Dios y por nuestros hermanos, cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos
tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios y la
ceniza se le impone a los niños y a los adultos, concluyó Blanco Ortega.
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