Buen Fin, compras de locura
Eduardo Lara Peniche
En
lo que no es más que la implantación de una cultura consumista, centrada en las
compras desmedidas, de artículos banales pero de moda, el sistema económico
mundial, dirigido por la OCDE,
impuso en México, desde ya hace tres años, la copia del llamado “viernes negro”
de los Estados Unidos, el cual se inició en Filadelfia en el año 1966, como una
estrategia comercial para resarcir las bajas ventas de los centros comerciales
que en esos años asolaban en el vecino del norte, para que diez años después,
el modelo se difundiera por todo su territorio y se convirtiera en una
tradición eminentemente económica, en la que las grandes cadenas comerciales
lograban limpiar sus inventarios de mercancías que generaban pérdidas,
identificadas en el argot contable como números rojos y que con la estrategia
esas pérdidas se recuperan para dar como resultado ganancias que se asientan en
libros contables con número negros, de ahí el concepto de “Viernes Negro”; es
decir, el viernes en que las grandes cadenas comerciales recuperan sus
pérdidas.