sábado, 30 de marzo de 2013


Via Crucis viviente en Playa Delfines


Víctor Galván

Desde temprano el acceso a Playa Delfines estaba saturado. No había lugar donde estacionarse. Familias enteras cargaban neveras, botanas, salvavidas, aprovechando que después de varios días de bajas temperaturas el sol había salido en Viernes Santo.
Además la famosa playa del Mirador presentaba este día un atractivo más: La representación del Via Crucis.


Judas vende a Jesús
Cada quien buscaba el mejor lugar, bajo la sombra o disfrutando del sol, para poder ser testigos de la cuarta edición de la Pasión y muerte de Jesús, denominada este año: “Cruz, arena y mar”.
Los organizadores dispusieron algunas sillas, que fueron insuficientes para la multitud que se volcó a la playa. Botanas, chelas, refrescos y todo tipo de antojitos circulaban de mano en mano mientras sentados aguardaban el inicio. Algunos aprovechaban para darse un chapuzón, pero a decir por sus expresiones al acercarse a tomar una toalla, el agua de mar estaba todavía fría.
La representación iniciaría a las 4 en punto, pero desde las 3 de la tarde las dunas de Playa Delfines estaban repletas de cancunenses y turistas. Se dispuso un confesionario debajo de la torre de guardavidas para quienes quisieran confesar sus pecados. La gente que iba llegando trataba de obtener el mejor lugar para ser testigo de la representación, que se ha convertido en una tradición y en un atractivo turístico en una de las playas más famosas de Cancún.

A las 4 en punto, tras dar la tercera llamada, inició la representación con una oración. Para ese entonces mucha gente se había arremolinado en torno a la valla delimitada con un listón amarillo alrededor del área de playa que serviría de escenario.


Jesús es flagelado
En un extremo del escenario Jesús comienza a predicar, sus palabras son escuchadas atentamente por sus seguidores, de entre los cuales elige a sus doce apóstoles, que serán los encargados de difundir su palabra al mundo. A continuación Jesús entra en Jerusalén, la gente lo aclama y esto despierta la envidia de los sacerdotes del Sanedrín, quienes ven en Jesús una amenaza. Ante Caifas, sumo sacerdote, se presenta Judas, la representación del traidor, quien ofrece entregarle a Jesús a cambio de 30 monedas de plata.

La historia transcurre de acuerdo a la tradición:
 Jesús es apresado, el sumo sacerdote, al ver que necesita la autorización de los romanos para condenarle a muerte, lo envía con Poncio Pilato, gobernador de la provincia de Judea, quien se da cuenta que se trata de un asunto de los judíos y lo remite a Herodes, quien afirma no tener autoridad para ello. Así, Jesús es llevado nuevamente ante Poncio Pilato, quien astutamente se lava las manos y afirma que quien condena a Jesús es el pueblo judío y no él.

Jesús es llevado a recibir azotes. Fotógrafos de la prensa y muchos cancunenses con cámaras en mano, celulares, ipads, se aglomeran en la esquina del escenario. Nadie quiere perder detalle del suplicio.
Jesús comienza a cargar la cruz seguido por la sombra de la Muerte. Todos siguen atentos la cita con su destino. Nadie pierde detalle de las caídas. María Magdalena llora; Verónica limpia el rostro de Jesús, que se queda grabado en el manto sagrado.
La tradición se cumple, Jesús llega exhausto al Monte Calvario. Al filo de las 5 de la tarde es clavado en la cruz y momentos después expira. Algunos nubarrones se dibujan en el horizonte y por un instante tapan al sol. El cielo se nubla, tal como lo indican las Escrituras. Instantes después Jesús es bajado de la cruz y conducido al sepulcro, de donde resucitó al tercer día.
La gente comienza a retirarse poco a poco, algunos se quedan admirando el escenario y disfrutando de los últimos rayos del sol en Playa Delfines. La salida de los autos es lenta. Se hace un nudo en el tráfico en toda la zona hotelera, principalmente en el área de Punta Cancún, donde la circulación es a vuelta de rueda. Pero eso no importa, los cancunenses han disfrutado un Viernes Santo más en la playa, con la escenificación de la Pasión y muerte de Jesús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario