El
“paquete” en Cuba
N.
Mario Rizzo Martínez
LA
HABANA
Quienes
conocen Cuba saben que el acceso a internet y
otras formas de comunicación satelital son reducidas. En reiteradas
oportunidades las autoridades han explicado que no disponer de conexión a los
numerosos cables submarinos que bordean la isla o del suficiente ancho de banda
requerido para el posible tráfico vía satélite es lo que impide ofrecer
servicios de Internet a toda la población.
Durante
años, muchas personas han logrado introducir clandestinamente antenas
parabólicas con cuentas pagadas en Estados Unidos para disfrutar de servicios
de TV satelitales e incluso ofrecerlos a vecinos, previo pago, mediante el
montaje de redes de cables no autorizadas. Otros han montado servicios
telefónicos utilizando equipos satelitales, también prohibidos por la ley, que
ofrecen llamadas al extranjero a precios inferiores a las tarifas oficiales.
Últimamente han aparecido los famosos “paquetes”.
Para
garantizar los servicios mínimos a la población las autoridades han dispuesto
varias ofertas, entre otras:
Telepuntos
con servicios de internet donde mediante un pago elevado para los bolsillos
comunes se puede navegar con total libertad pero a velocidades muy reducidas.
Los
llamados Joven Club donde se puede
aprender el uso de los medios informáticos y acceder a redes nacionales
(Intranet) o servicio de correo electrónico.
Servicio
especializado para el personal de la salud pública (Infomed)
en los propios domicilios de médicos, enfermeras y otros trabajadores del
sector; incluye servicio de correo electrónico.
Instalación
de Internet y TV satelital a extranjeros mediante el pago en divisas. Servicio
de Internet a Empresas y otros organismos que lo requieran, incluido los
centros de educación superior.
Correo
electrónico desde los teléfonos celulares mediante una cuenta nacional llamada
Nauta.
Existen
5 canales de TV nacionales, más de una docena de provinciales y algunos
municipales. Desde hace pocos meses se introduce la TV digital con mayor
cantidad de canales, incluye uno musical por ejemplo, y otros servicios como de
pronósticos meteorológicos.
Es
en ese contexto que aparece el ya mencionado “paquete” que no es más que el
servicio a domicilio de una muy amplia programación televisiva de toda una semana que ocupa casi
un Terabite en un disco duro externo o algún otro medio de almacenamiento.
Los
interesados contratan el “paquete” entre 2 y 5 dólares semanales si poseen su
propio soporte y algo más si el suministrador proporciona este también. Los
domingos los distribuidores reciben la información y ya el lunes comienzan su
distribución; ellos pagan 10 dólares al suministrador por lo tanto han de tener
más de 5 clientes para obtener ganancias.
Pero
¿qué contiene el paquete? Su contenido puede variar según posibilidades y
gustos del suministrador, al cual los clientes no tienen acceso; pero en
general incluyen:
Los
capítulos de diferentes novelas transmitidos
durante la semana por varias televisoras de habla hispana.
Las
películas estrenadas en ese período por diferentes cadenas y clásicos del cine
de todos los tiempos.
Deportes:
juegos de beisbol de las Grandes Ligas, partidos de la NBA, y otros de interés
general.
Espectáculos
musicales y conciertos.
Shows
televisivos como los de Laura, Caso Cerrado, y otros, que a pesar de su escasa
calidad y poco gusto tienen también un nicho entre los espectadores.
Los
capítulos de seriales en transmisión y a veces temporadas completas de otros ya
transmitidos.
Resúmenes
noticiosos, programas de participación, chismes de la farándula, versiones
digitales de revistas, y hasta video clips de artistas nacionales que contactan
con los suministradores y se los ofrecen para difundir sus obras.
El
“paquete” incluye también las actualizaciones de software aparecidas por esos
días y de varios antivirus, el famoso Revolico.Com, servicio de anuncios de
compra y venta de casi cualquier cosa así como la oferta de servicios en todo
el país.
El
negocio, que algunas fuentes extranjeras han calculado en unos 300 000
clientes, parece mover varios millones de dólares anualmente que se distribuyen
entre los suministradores, que bajan los contenidos y conforman el paquete, y
los distribuidores.
No
es difícil calcular que para cualquier humano resulta imposible consumir todo
el contenido del paquete de la semana antes de que llegue el siguiente.
Familiares y amigos se ocupan de ampliar este consumo pues en memorias USB le
piden copiar en estos lo que sea de su interés.
Quienes
critican el paquete se basan en la poca calidad de parte de la programación
incluida pero también de la posible introducción de mensajes directos o
camuflados que puedan influir negativamente en la población. Lo cierto es que
en un mundo pequeño y globalizado
resulta cada vez más difícil entorpecer por cualquier modo la
interconexión. Por eso hay otros que prefieren hablar de ofrecer más
posibilidades a la población y sobre todo facilitarle aún más herramientas para
decidir acertadamente qué ver o no ver.
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