martes, 9 de febrero de 2016

Miércoles de ceniza marca
el inicio de la cuaresma
Konaté Hernández 

Este miércoles 10 de febrero es día de ayuno y abstinencia, por lo que la grey católica acudirá a la Iglesia para recibir la ceniza en la frente, en recordatorio que el ser humano ha de retornar al polvo del cual fue tomado.
En este sentido el párroco José Antonio Blanco Ortega de la Iglesia de Cristo Rey, ubicada a un costado del Parque de las Palapas, indicó que a partir de las 7 de la mañana y hasta la una de la tarde habrá misas para la imposición de ceniza, cada hora de manera consecutiva; posteriormente habrá un receso y continuarán a partir de las 4 de la tarde hasta las 9 de la noche, con la finalidad de evitar las aglomeraciones.
En este día, que marca el inicio de la cuaresma, se debe de guardar el ayuno y la abstinencia por lo que la gente sólo debe hacer una comida fuerte al día, recordando no comer carnes rojas y blancas como el pollo, que también es carne.

Origen de la cuaresma
La imposición de ceniza nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera, y que nuestra vida definitiva se encuentra en la Presencia del Señor. La Cuaresma empieza con el miércoles de ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno y son 40 días que marca la Iglesia para la conversión del corazón. Las palabras que se utilizan para la imposición de ceniza son: “Concédenos Señor el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”, “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás" o “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.
El origen de esta costumbre antigua recuerda que los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.

En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.
Padre José Antonio Blanco, párroco de la
iglesia Cristo Rey.
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
La ceniza que se utiliza se obtiene al quemar las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.
La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos, cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios y la ceniza se le impone a los niños y a los adultos, concluyó Blanco Ortega.

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