jueves, 28 de agosto de 2014

Diego Carranza Gonzo, el primer
futbolista cancunense en la Liga italiana


Texto: Víctor Galván
Fotos: Rubén Pelayo

“Voy a ser el primer futbolista mexicano en triunfar en Italia”. Con esa seguridad en su talento y capacidad futbolística Santiago Diego Carranza Gonzo, joven de 17 años nacido en Cancún, nos cuenta el sueño que está viviendo de jugar en Europa.
A este espigado delantero de 1.82 metros de estatura la vida le ha dado un giro de 180 grados en los últimos cuatro meses. De haber jugado la última temporada en la Cuarta División con el Atlante y estar entrenando con Pioneros de la Tercera División, ahora se encuentra en Italia, probando suerte con el club Latina de la Serie B.

Pero eso, asegura, es sólo el comienzo, pues como todo joven que tiene un amplio horizonte de posibilidades frente a sí, no se vislumbra de otra forma más que en un futuro lleno de éxitos. Su mirada está puesta en los grandes clubes y desea emular algún día la realidad que está viviendo actualmente Raúl Jiménez, a quien tras el inicio de temporada con el América le llegó la oportunidad de jugar en la Liga española, nada más y nada menos que con el campeón Atlético de Madrid, con el que hizo su debut frente al Real Madrid. Todo de forma tan rápida, como un cuento de hadas que todo joven futbolista desea realizar.
Un salto similar desea dar Diego, llegar a jugar en un equipo grande, ya sea de Italia o de España, pero sabe que para ello debe prepararse día a día y ser el mejor en todos los aspectos.
La joven promesa cancunense vive la pasión por el futbol desde los seis años, edad en la que comenzó a jugar con los Pumas, su primer equipo en Cancún; estuvo en la Cuarta División con Atlante e incluso tuvo experiencia en la Segunda División en Reynosa, Tamaulipas.
La Cuarta División es una liga en la que se desarrollan jóvenes de entre 14, 15 y 16 años, que se juega por zonas y al final de la temporada el campeón de cada una disputa una liguilla para sacar al campeón de la división; diseñada de esta forma para forjar a los futuros talentos que nutrirán a las fuerzas básicas de los equipos profesionales del futbol mexicano.
“Estando en la Cuarta División tuve un muy buen torneo, marcando muchos goles y siendo el capitán del equipo”, nos narra Diego. “Mi profesor un día nos invitó a mi mamá a mí y a tomar un café y nos platicó que le había estado mandado videos de mí a un amigo que tenía en Liverpool, al que le interesaba verme”.
Emocionado, continúa contando paso a paso la trayectoria que lo llevó hasta Europa: “Estábamos planeando eso pero las cosas se atoraron un poco, entonces conocí a un señor en el evento Messi and Friends, en Cancún, quien me dijo que era representante y que le interesaba verme jugar; lo invité a un partido a verme y a las cuatro semanas de conocerlo firmé mi contrato de representación con él”.
Desde entonces los acontecimientos no dejaron de sucederse satisfactoriamente para Diego. Su representante lo llevó a Argentina a entrenar dos meses a un gimnasio especial para jugadores, tras lo cual regresó para comenzar a entrenarse con Pioneros, de la Tercera División.
Pero cuando le llegó la oportunidad de ir a Europa no lo pensó dos veces, afirma.
Era sólo cuestión de tiempo. Y llegar a Italia ha sido también una agradable coincidencia, pues por sus venas corre sangre italiana de parte de su madre, quien desde hace 22 años radica en Cancún.
Ahora lleva ya tres semanas en el Viejo Continente, donde prueba suerte con el Latina de la serie B y espera también tener la oportunidad de probarse en las fuerzas inferiores de la Sampdoría, de la Serie A.
Está contento en Italia, arropado por su familia, pues vive con una tía. El país le encanta, así como la comida.
También continúa con sus estudios académicos, por lo que está iniciando el tercer semestre de bachillerato por Internet, consciente de que la vida no es sólo futbol y de que debe forjarse un sólido futuro, pues ha visto varios ejemplos de jugadores que no estudiaron por dedicarle tiempo completo al futbol y tras lesionarse gravemente se quedaron sin trabajo.
Diego está consciente de sus capacidades y enumera sus fortalezas: “Voy bien por arriba, mi 1.82 me ayuda mucho en el cabeceo”.
Admira al delantero argentino Lionel Messi, “el mejor jugador del mundo”, afirma, pero se identifica más con el tipo de juego de Mario Mandzukic, el delantero croata del Atlético de Madrid. “Me gusta mucho jugar de poste, de espaldas al arco”
Pero no oculta tampoco sus puntos débiles, en los que está consciente debe mejorar: “Los aspectos que debo trabajar es mi definición con la zurda, ya que es vital para un delantero pegarle bien con las dos piernas”.
Por lo pronto su gran reto es adaptarse al futbol italiano, que es más fuerte, más físico, de más roce.
Y desde Italia agradece a las personas que han sido importantes en su vida, especialmente a su madre, quien ha sido su gran apoyo y siempre lo ha alentado a seguir adelante, al igual que su familia y los amigos, los verdaderos que en la vida son pocos y muy valiosos. Y en el plano futbolístico a sus profesores Rubén Mur y Nicolás Burtovoy, quienes lo entrenaron y compartieron sus conocimientos en el Atlante, en las categorías Sub 15 y Sub 17, respectivamente.
La gran oportunidad que muchos buscan le llegó a Diego los 17 años.
¿Seguirá Santiago Diego Carranza Gonzo los pasos de Carlos Vela, otro delantero cancunense que a los 16 años fue fichado por el Arsenal inglés tras la conquista del Mundial Sub17 en Perú, donde fue campeón goleador y ahora es todo un referente en el ataque de la Real Sociedad?

El tiempo nos dirá si estamos ante un nuevo crack del futbol mexicano, que como Vela llegó a jugar a Europa sin haber jugado un solo minuto en la Primera División de México.

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